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•Una llamada•

Pete se despierta debido a la enorme necesidad de orinar, deja a Venice aún dormido sobre la cama y se levanta con cuidado para ir rumbo al baño.

Bosteza, aun sintiendo un poco de sueño, había dormido varias horas y su cuerpo se sentía más ligero, termina y se mete a la ducha para asearse y tratar de despejar su mente, tenía la esperanza de que el detective le diera buenas noticias, quería mantenerse positivo y qué mejor forma de iniciar el día con un refrescante baño.

Restregó su cuerpo y lavó su cabello tomándose su tiempo para que el agua desestresara sus músculos.

Al cabo de unos minutos salió con una toalla y se dirigió a su ropero para ponerse algo cómodo, Venice aún está dormido abrazando el peluche que su Vegas le regaló hace más de un mes, se viste rápido para después salir y deja la puerta medio abierta.

Siente nervios, su lobo está ansioso y deseoso de recibir una buena noticia, puede sentir a su cachorro inquieto, seguramente ha sentido sus emociones y solo es su manera de reaccionar, pero no puede evitarlo, por eso aligera el paso y camina hacia la sala donde podría jurar se encuentran sus amigos y no se equivoca, lo supo cuando escucho voces proviniendo de la sala.

Trata de ignorar los aromas deprimentes que están esparcidos por todo el lugar, ya demasiado tiene con el mismo para prestarle atención a eso, aunque siente mala espina, no le gusta el rumbo que va tomando esto, llega a la sala y ve a Tankhun sentado en el sofá revisando su celular ¿habrá dormido aquí? Al mismo tiempo Porsche dentro con dos tazas de café por la puerta que conecta la sala con la cocina, sus caras no son de felicidad y eso le da a entender al omega que sus tan esperadas buenas noticias no llegaran, por lo menos no ahora.

— ¿Nada? — pregunta con un nudo en la garganta, aguantando las ganas de llorar.

Tankhun lo ve con pena y niega con la cabeza mientras baja su rostro y muerde su labio.

— Pete no pierdas la esperanza, solo ha pasado un día, piensa positivo — Porsche pone ambos cafés en la mesita.

Pete sonríe sin gracia, solo para disimular que en realidad no sentía fuerzas ni razones para creer en las palabras de su amigo, sabe que lo dice para hacerlo sentir bien y agradece el apoyo, pero de alguna forma esas palabras las siente vacías como si ni el mismo Porsche se las creyera.

En un día podían pasar muchas cosas, las cuales por el bien de su salud no quiere ni imaginar.

Pestañea para que las lágrimas no salgan, el nudo en su garganta se está volviendo insoportable y doloroso.

— Te prepararé el desayuno — dice Porsche dándose la vuelta para correr hacia la cocina, dejando a Pete y a Tankhun solos.

Pete quería decir que no tenía ánimos de comer nada, pero era sabedor que aunque no quisiera tenía que hacerlo, por su cachorro, el cual si necesitaba alimentación, el día de ayer solo había probado unas cuantas frutas, no puede seguir así.

Camina sin muchos ánimos hacia el sofá y con cuidado se deja caer para después buscar la almohada y abrazarla, pero siente que ya no puede detener las lágrimas cuando el suave aroma de Vegas impregnado en aquella almohada llega a sus fosas nasales y es ahí cuando se quiebra y deja que sus lágrimas humedezcan la almohada la cual aferra a su cuerpo, aprieta sus dientes mientras trata de acallar sus sollozos para no hacer mucho escándalo.

Tankhun lleva su mano a su espalda y da ligeros masajes, siente como el aroma del omega se vuelve deprimente y eso lo entristece.

Lo ve ahí tan frágil y roto que lo único que logra preguntarse es porque alguien que irradia luz a donde quiera que vaya pueda estar tan rodeado de oscuridad a su alrededor.

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora