no me deseches [Vegaspete Adap.] [En Edición]

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•Todo estará bien•

Vegas observaba con una expresión cansada y triste al omega quien de nuevo yacía inconsciente en esa cama, era lamentable verlo de nuevo en ese estado, le dolía y frustraba que el omega no dejara de sufrir, se le hacía injusto.

Suspiro entrecortado, sintiendo que ya no podía mantenerse fuerte ante lo que ocurría, si no era una cosa era otra.

— ¿Qué mierda le pasa hoy? — mencionó ya cansado y preocupado.

— Aunque no lo parezca, ese fuerte dolor de cabeza es normal, es una conmoción cerebral que queda después de un gran trauma en la cabeza — mencionó el alfa parado detrás de él — pero esto será pasajero, normalmente estos efectos duran solo unos días — Chan dijo con sinceridad.

— Estás seguro, ya no quiero que sufra — Esta vez fue Porsche el que habló, el médico solamente asintió en una respuesta positiva.

— Sin embargo, estos días que vienen serán dolorosos para el omega, los Dolores de cabeza, mareos y náuseas continuarán, tienen que estar conscientes de eso — para que sus seres cercanos sean sabedores Aviso.

— No puedo estarlo sedando todo el tiempo, su cuerpo ya ha estado bastante tiempo sin hacer actividades físicas, necesita levantarse y adaptar su cuerpo al movimiento,  le estaré dando unos analgésicos para aliviar el dolor — Chan siempre estaba preparado para este tipo de situaciones.

— Gracias espeto — el alfa confiando en las palabras de Chan.

— Iré afuera, Venice quería ver a Pete, ahora tengo que decirle que no se va a poder, por lo menos no por ahora — menciono Tankhun antes de salir de la habitación, siendo seguido por Porsche y Chan, quedando solo Vegas con el castaño.

Vegas se encontraba en una gran batalla mental, en estos momentos no sabía qué hacer, Pete había dejado en claro que no quería verlo, y en estos momentos lo que menos quería era incomodar con su presencia, no quería ser una molestia para él.

Era curiosa la manera en la que llegó el karma, antes era Pete el que se consideraba una molestia para el alfa, lo que lo llevó a alejarse de él, incluso si al hacerlo se estuviera haciendo daño a él mismo.

Ahora todo era al revés.

“Nuestro omega nos odia”

Su lobo se encontraba sentado sobre sus patas traseras, su cabeza gacha al igual que sus orejas, desde el momento que Pete le había dicho que lo odiaba había sentido como este se deprimía cada vez más.

Pero en estos momentos no tenía cabeza para otra cosa que no fuera Pete, sabía que esto pasaría, tarde o temprano tenía que pagar todas sus idioteces, pero le preocupaba Venice, él sería el que más iba a sufrir con todo esto.

“Cuando te acostabas con Tawan no pensaste en Venice”

El reclamo de su lobo lo hizo sentirse peor, porque sabía que aunque pareciera cruel era verdad, jamás pensó en el daño que le causaría a las personas que amaba, en esos momentos no pensaba en nada, solamente se dejó llevar y cuando se vino a dar cuenta de todos sus errores el daño ya estaba hecho.

Incluso le daba pena mirar a Pete, no tenía derecho a una segunda oportunidad, él mismo se había encargado de ponerle fin a todo lo hermoso que alguna vez construyó con el omega hermoso que tenía cerca de él.  

Tankhun y Porsche se despidieron, era hora de que ambos omegas regresaran a sus hogares, volverían cuando pudieran para ver si Pete había mejorado.

Luego que la casa quedó en silencio de nuevo, Big llevó a Venice a su habitación para que el pequeño descansara, había sido un día bastante cansado y agotador para el niño.

Le ayudó a ponerse su pijama, y lo arropó delicadamente, el pequeño se había mantenido callado todo este tiempo y con una expresión de tristeza que se podía notar incluso de lejos.

— Tranquilo lindo, verás que todo mejorará, no estés
triste — mencionó amablemente, no sabía lo que podía estar cruzando por la mente del cachorro, pero algo le decía que no era nada bueno.

— Mi papi no quiso velme hoy — soltó con ojitos llorosos, como si quisiera llorar, él quería ver a su padre y abrazarlo, incluso había terminado su dibujo para entregárselo, pero le dolió cuando le habían dicho que Pete no quería ver a nadie ni siquiera a él.

— No es eso nene, lo que pasa es que tu papi aún no se siente del todo bien, pero estoy seguro de que él sí quiere verte — acarició su cabello, peinando con sus dedos.

Aún podía escuchar los gritos de Pete, jamás había escuchado a su padre decir todas esas palabras, le dio miedo y tristeza, ojalá su padre jamás le dijera todas esas cosas a él, intentaría portarse bien incluso mejor que antes para que eso nunca pasara.

— Duerme sí, mañana haremos más tareas y si las terminas luego podremos jugar lo que tú quieras — dijo con una gran sonrisa, buscando la manera de animar al cachorro.

Asintió un poco animado y abrazó el peluche, que su papi omega le había regalado en su cumpleaños número cuatro, era un perrito blanco, con una pijama amarilla, orejas negras y grandes, bastante tierno y suavecito.

— Gracias P' Big — bostezo y gracias a las caricias del omega no tardó en dormirse.