•Petición•
No necesita tocar la puerta, tiene una copia de la llave por lo cual entra sin pedir permiso, después de todo aún sigue siendo su casa.
Llega a la cocina y siente el exquisito aroma de la comida, sabe que es Pete quien cocina, pues solo él logra hacer que huela así de delicioso, inevitablemente siente su estómago rugir, recuerda que solo tomó una taza de café antes de salir, pues siempre desayunaba en la empresa, pero el agradable aroma a logrado que su apetito despierte.
Entra un poco distraído con sus pensamientos. Jamás, pero ni en sus más hermosos sueños se hubiera esperado encontrar semejante obra de arte, sus ojos se abren abruptamente, impresionados, su mandíbula cae graciosamente y el causante de su sorpresa se sonroja al sentirse tan observado.
— V-vegas, buenos días, llegas más temprano — dice el omega intentando ocultarse, está llamando mucho la atención y eso lo pone nervioso.
— Pete te ves... Distinto — no era la palabra que iba a decir, pero era la más apropiada.
Y es que aunque lo intentara no podía despegar su vista del omega, Pete se veía tan diferente, su cabello ya no era castaño, ahora era de un hermoso color negro con mechones rubios.
Les dejo esta foto para que más o menos se hagan una idea de cómo era el pelo de Pete.
Y por Dios que le quedaba hermoso, incluso teniéndolo totalmente lacio.Ese color sin duda combinaba a la perfección con sus rosados y rellenos labios, los cuales ahora lamía con insistencia tratando de disimular su incomodidad y nerviosismo.
Sacudiendo su cabeza trató de despejar su mente, encontró valor para mirar a otro lado — te queda el cambio — dijo queriendo escucharse tranquilo, fingiendo que su corazón no latía furiosamente.
— Gracias — bajó su cabeza, jugando con su delantal.
— Papá — el alfa sintió un tirón en su pantalón, cuando miró hacia abajo se dio cuenta de que su hijo lo miraba con grandes ojos inocentes y expresivos, entonces recordó la falta de anoche, como literalmente lo había dejado esperando y había roto su promesa.
Se sintió mal, el de verdad no quería cancelar lo de anoche, pero sinceramente sentía que se dormía y el cansancio le ganaba la pelea, fue un milagro que haya llegado despierto a casa y deberás lo agradece, ya que no quiere ni imaginar lo que hubiera pasado si se hubiera dormido cuando conducía el coche.
— Hola Príncipe, ¿cómo amaneciste? — lo cargo para que estuviera a su altura.
— ¡Papá, estoy enfadado comntigo! — chilló y se cruzó de brazos — ayer me dejaste esperando — pucherio, quería verse enojado — incluso hice mi tarea amtes, para que después pudiéramos jugar tlanquilos —
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no me deseches [Vegaspete Adap.] [En Edición]
Fanfiction¿Qué pasa cuando el alfa se avergüenza de su omega, rechazándolo día y noche? El omega se siente solo, no logra entender porque es dejado de lado por aquel quien un día le juró estar para él en las buenas y en las malas. ❝No me deseches Vegas theera...