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•Karma•

Vegas no podía entender el vacío que sentía en su interior, ese sentimiento cruel que se apoderó de él cuando regresó a su casa.

Jamás espero que al entrar en su cuarto la habitación estuviese vacía y su omega no estuviese ahí como siempre lo hacía, unas veces despierto y esperándolo y otras cansado de hacerlo quedándose dormido.

El alfa se encontraba aún en shock sin saber que hacer por un momento sintió la aflicción de su lobo y aunque no lo aceptará también la suya al hacerse una idea errónea de que el castaño se había ido y lo había dejado.

Sin poder contenerse salió corriendo a la habitación de su hijo, Pete no lo podía haber dejado y llevado a su niño, no claro que no.

Su lobo se desesperó y el temor se apoderó de él, por suerte pudo respirar a gusto cuando vio que el omega dormía en la cama de su hijo, ambos abrazados y tranquilos, entonces fue ahí cuando tanto la parte animal como humana respiro aliviado.

Sin embargo, algo más llamó su atención, Vegas vio varias pertenencias de Pete dentro de la habitación, ropa, accesorios, zapatos y otras cosas de su uso diario.

Cualquiera pensaría que Pete estaba molesto y por eso se había mudado de cuarto, cuando la realidad era otra. Esta mañana Vegas lo había hecho sentir un estorbo para él, como que solo con su simple presencia le Jodiera la vida y no lo soportará cerca, fue tanto el dolor que Pete sintió que simplemente cumplió con lo que Vegas quería, alejándose de él, evitaría molestarlo lo más que pudiera para ya no incomodarlo y que este ya no lo vuelva a tratar de la misma manera.

Porsche le había ayudado a mover sus cosas al cuarto de Venice, para que por lo menos tuviera la compañía de su hijo y no se sintiera solo por las noches.

Vegas salió de la habitación y a paso lento y pensativo se dirigió a la suya.

Se deshizo de su ropa colocándose una cómoda para dormir.

Era raro encontrarse solo en la habitación que había compartido tantos años con su omega, pero él se había buscado eso, sus actos y palabras llevaron a todo lo que estaba aconteciendo.

“Es tu culpa, todo esto es debido a ti, ¿ahora ya estás contento?”

Se recostó en la cama sintiendo un extraño vacío, uno que no quería sentir, pues no estaba acostumbrado.

“Es el karma, sabes cuantas veces Pete se sintió solo, ahora es tu turno”

El lobo de Vegas se encontraba triste, extrañaba tanto a su omega, lloraba amargamente, no quería que su lindo omega se fuera y lo dejara, moriría si eso pasara.

Vegas simplemente lo ignoraba como siempre lo había hecho, observó el lado donde Pete dormía, pues ahora estaba solo, un leve olor a manzana aún se podía sentir en su almohada, las manos de Vegas picaban por tomarla y encontrar refugio en ella, pues ahora le estaba costando tanto dormir y su lobo tampoco lo dejaba.

“Siempre has sido un cobarde, me avergüenzo de ti, maldita sea la hora en que la Luna me hizo uno solo contigo”

Reprochaba con tristeza y resentimiento, se sentía abandonado, simplemente sentía que estaba muriendo ante la ausencia de su omega, lo necesitaba y extrañaba.

Vegas suspiro y cubrió su rostro con su brazo, la oscuridad de la noche envolvía toda la habitación y la débil iluminación de la Luna le daban un aspecto nostálgico.

Vegas se sentía inquieto, jamás imagino que no tener al omega causará un efecto así en él. La almohada lo estaba tentando, el debate mental lo estaba matando, si la tomaba nadie lo vería, solo su orgullo saldría herido.

Sin poder contenerlo más la tomó y la acercó a él, sentía que había caído bajo, pero ahora no quería pensar en eso, por suerte su alfa dejó de reprocharle.

— Pete —  su nombre salió sin poderlo contener, sorprendido, abrió sus ojos completamente, era como si su subconsciente lo estuviera llamando y él no podía evitarlo.

Vegas era ciego y no entendía en realidad lo que le estaba pasando.

Al día siguiente nada cambió, Vegas esperaba unos Buenos días como siempre, pero ni una palabra salió de los labios del omega, el mayor no lo podía creer, estaba siendo ignorado completamente y eso no le gustaba

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Al día siguiente nada cambió, Vegas esperaba unos Buenos días como siempre, pero ni una palabra salió de los labios del omega, el mayor no lo podía creer, estaba siendo ignorado completamente y eso no le gustaba.

Pete evadía su mirada por el simple hecho que le resultaba incómodo mirarlo después de todo lo que había pasado entre ellos, le dolía y lo que menos quería era ponerse a llorar así de la nada, trataba de distraerse con su cachorro para no pensar mucho en su alfa.

Pero Vegas no lo veía así, él no estaba acostumbrado a que lo ignoraran e hicieran como si él no estuviera ahí, en todo el desayuno su ceño se mantuvo fruncido, se sentía molesto, todo era por su orgullo, su maldito orgullo el que estaba siendo pisoteado.

— Papi quielo más — dijo el pequeño refiriéndose a la miel para sus pancakes.

El cachorro no se había percatado de lo tenso que estaba el ambiente, Pete empezaba a incomodarse, sentía la mirada furiosa de Vegas sobre él, pero él creía que el motivo seguía siendo el mismo de ayer.

Las manos de Pete se movían inquietas bajo la mesa, no podía dejar de pensar en que Vegas lo estaba odiando, no quería sentirse deprimido, pero le estaba siendo imposible.

Con manos temblorosas sirvió más miel para su hijo, este simplemente siguió comiendo ajeno a todo lo que pasaba entre los dos mayores.

— ¡Pete! — la voz del alfa le sacó un brinco del susto al nombrado.

El corazón del omega comenzó a bombear a mil por hora, sus manos temblaban.

— Mírame — demando.

El omega sumiso obedeció, tímidamente levantó el rostro y con un poco de temor miró a Vegas, no quería llorar, no lo haría, tenía que ser fuerte.

Vegas estaba a punto de cometer una tontería, una de las tantas de las cuales después se arrepentiría, con el rostro serio y mirada fría se dirigió al omega.

— Si vas a mudarte al cuarto de Venice, por lo menos saca todas tus cosas, hoy cuando venga no quiero encontrar rastro tuyo —

Pete volvió a bajar la mirada, sintiendo como las palabras de Vegas nuevamente abrían la herida y unas ganas enormes de llorar, las cuales reprimía con todas sus fuerzas.

— E-Está bien — su voz salió suave y temblorosa, cosa que esta vez no pasó desapercibido por su hijo.

Si puedo subire otro cap en la noche!! Bye ♡

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Si puedo subire otro cap en la noche!!
Bye ♡

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora