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•Abrázame•

El viaje fue en completo silencio, sin embargo, el momento era cómodo. Aun así, Vegas no podía evitar estar preocupado por el menor, cada que podía lo miraba a través del espejo retrovisor, Pete tenía la mirada perdida, llevaba en la misma posición desde que inició el viaje, no sabía qué podría pasar por la mente del castaño en estos momentos, la duda le inquietaba, temía que Pete cometa una locura, es obvio que no está bien, se le notaba de lejos.

Pete iba sumido en sus pensamientos, desde que el auto empezó su trayecto, no había podido dejar de pensar en lo que haría ahora, por suerte hoy no se presentaría al trabajo, tenía todo el día para aclarar su mente.

No podía fingir que nada había pasado, lo mejor era alejarse de Henry, tenía que aguantar su presencia, ya que trabajaban en el mismo lugar, pero ya no podría hablarle con la misma naturalidad de siempre, su sola presencia le incomodaba y hasta cierto punto enfermaba.

Podía sentir la mirada de Vegas clavarse de vez en cuando sobre él, sería una mentira decir que no se sentía cohibido, sobre todo porque hace unas horas lo había visto llorar y sabía que había sido por su culpa.

La forma en la que había visto a Vegas le partió el alma, y no entendía por qué sentía ese sentimiento amargo, algo similar al remordimiento, porque si después de todo él jamás lo tuvo con él.

Era tonto, pero no podía evitar sentirlo en su corazón, sentía el sufrimiento de Vegas.

A lo mejor también se había ganado el odio del alfa. No se sentía bien con lo que había hecho, fue demasiado tonto al pensar que con eso se sentiría mejor y que el sufrimiento sería menos doloroso. Se equivocó, porque estando en sus cinco sentidos jamás hubiera cometido esa locura.

- Pete - la voz del alfa lo trajo de vuelta a la realidad, su mirada se dirigió a aquellos ojos color café perdiéndose en la profundidad de estos.

- Hmm - no abrió su boca, sin embargo, Vegas tuvo su atención.

El alfa lo pensó unos momentos para buscar las palabras adecuadas, no quería que un mal comentario lo molestara o peor que lo terminara asustando más de lo que ya parecía estar, no quería cagarla, no más de lo que ya lo había hecho.

- ¿Estás bien?... Porque no sé... Si quieres, s-solo, si quieres... Puedes hablar conmigo - se avergonzó hasta de su propia voz, jamás había tropezado tanto con sus palabras como hasta ahora.

En el fondo esperaba ser rechazado, quizá hasta ser tratado de metiche, porque la realidad era que él no tenía el derecho para preguntar nada, después de todo Pete no le debía explicaciones.

- Detén el auto -

Vegas se sintió mal, creyó que Pete se había molestado, y ahora quería bajar del auto, quizá debió haberse quedado con la boca cerrada y respetar el silencio que para Pete a lo mejor era necesario.

Obedeciendo y avergonzado estacionó el auto tal y como Pete se lo había pedido, era raro y hasta interesante que un alfa siga las órdenes de un omega y menos uno tan orgulloso como lo era Vegas. Sabía que no debería de avergonzarse, este era el verdadero, Vegas, ese que se creyó perdido hace algunos años atrás, ese alfa tímido que aún no tenía el dinero y la posición que lo hizo olvidarse de quién en realidad era.

Jamás miró de menos a los omegas, al igual que los betas. Siempre tuvo una idea respecto a las jerarquías, pues para él ninguno era más importante, a pesar de ser un alfa nunca creyó tener más poder que los demás.

Pero es triste que con el tiempo esa humildad se pierda por algo tan vano como lo era la riqueza y los lujos.

Cuando iba a abrir su boca, y disculparse por ser tan inconsciente, la voz de Pete se escuchó antes, callándolo al instante.

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora