75

1K 91 15
                                    

•Secuestro•

Un omega en cinta lloraba desconsoladamente mientras era abrazado y consolado por su mejor amigo.

Habían pasado varias horas desde la desaparición de Vegas y no se sabía nada de él, ni un mensaje, ni una llamada, nada, Vegas no había aparecido la noche anterior, ni esta mañana, tampoco había asistido a su trabajo y simplemente Pete no podía con la angustia.

Él lo presentía, en su pecho pudo sentir un horrible presentimiento, pero aun así se hizo el de oídos sordos y lo ignoró completamente.

Su lobo llamaba desesperadamente a su alfa, pero este no respondía, Pete se sentía vacío, asustado y afligido, su pecho dolía de tanto llorar, sus ojos estaban hinchados y su cara completamente roja y demacrada, no quería imaginarse lo peor, porque la simple idea hacía estragos su interior provocando que su corazón queme y su cabeza duele a horrores.

Tampoco quería imaginar por lo que sea que esté pasando Vegas, él había prometido volver con él, definitivamente algo le había pasado, alguien le hizo daño, Pete puede sentirlo, ahora sus sueños tienen sentido, solo era un aviso de lo que estaba por pasar, de lo que acababa de ocurrir.

Desde el principio fue Vegas quien corrió peligro, no él, ni Venice, Sin embargo, el alfa vio por la seguridad de ellos dos y se descuidó completamente de él.

— Pete, cariño cálmate por favor, dañarás a tu cachorro — Porsche tenía lágrimas secas en su rostro, ver a Pete tan devastado le dolía a él también.

Pete negó, él quería a Vegas, lo necesitaba — ¡No me calmaré! Apretó sus puñitos, en estos momentos no podía pensar en nadie más que Vegas — no me pidas eso c-uando mi alfa podría estarla pa-pasando m-mal —  los sollozos no lo dejaban hablar con claridad, su labio interior estaba maltratado y sangraba por haberlo estado mordiendo anteriormente, Porsche ya le había llamado la atención, no le gustaba que su amigo se hiciera daño, pero reconoce lo terco que puede llegar hacer el omega..

— ¡Tienes que estar fuerte! ¡No solo por ti! — Porsche alzó la voz esta vez más molesto — recuerda que en la otra habitación hay un niño confundido que necesita de su padre, y no olvides que llevas una gran responsabilidad dentro de ti, piensa en tus cachorros — regaño el omega mayor.

Pete gruño y se alejó de Porsche mirándolo con ojos vidriosos y molestos — tu Solo hablas porque nunca has experimentado, lo que significa el secuestro de tu alfa, la angustia de saber si está bien, el miedo de que algo malo le pase — nuevamente las lágrimas salieron sin detenerse.

Pete estaba desesperado, las horas pasaban y se sentían eternas, el miedo que recorría su cuerpo cada vez que el teléfono sonaba y rogaba al cielo para que no se tratara de malas noticias.

Quizá tenía razón y Porsche no conocía la angustia por la que estaba pasando, pero el mayor tenía un punto a su favor, Pete debería estar fuerte por sus cachorros.

— Tienes razón, pero no estás pensando en tus hijos, crees que a Vegas le gustaría saber que te has descuidado de ellos, su expresión se ablandó cuando vio un poco de culpa en los ojos de Pete y como este siguió llorando y con su manita cubría su boca para que sus sollozos no se escucharan en la otra habitación —  entiendo por lo que estás pasando, aunque no lo creas a mí también me duele tu sufrimiento, pero Pete, eres lo único que tiene Venice en estos momentos, de ti depende que tu cachorro esté bien —

Pete asintió entre lágrimas mirando su vientre, el cual comenzaba a notarse cada día más.

En ese momento la puerta se abrió, ambos omegas observaron a sus amigos entrar casi corriendo.

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora