¿Qué pasa cuando el alfa se avergüenza de su omega, rechazándolo día y noche?
El omega se siente solo, no logra entender porque es dejado de lado por aquel quien un día le juró estar para él en las buenas y en las malas.
❝No me deseches Vegas theera...
La mañana llegó, los rayos del sol entraban por la ventana y le daban en la cara al alfa, poco a poco sus ojos se fueron abriendo, al principio se encontró algo desorientado y confundido, pero todo se volvió claro cuando los recuerdos llegaron a su mente como si de una avalancha se tratara, y sintió el peso de un tibio cuerpo sobre el suyo.
Pete dormía abrazando a Vegas apoyando su cabeza en el pecho del mayor, se aferraba a él como si temiera dejarlo ir.
El lobo de Vegas estaba durmiendo, haber tomado el control lo había dejado débil, no podía hacer nada ante lo que estaba por suceder.
Vegas trago grueso y su ceño se frunció cuando vio que tanto su cuerpo como el del omega estaban desnudos, y peor aún cuando vio la marca recién hecha en el cuello del castaño, fue ahí cuando comprendió lo que había ocurrido y explotó.
— ¡Pete! — gritó alejando al omega de una manera brusca, lo que provocó que este despertara de inmediato y mirara como Vegas se ponía de pie y revolvía sus cabellos.
— ¿Qué ocurre? — mencionó adormilado pero sobre todo sorprendido y confundido por el comportamiento del alfa.
— ¿Como que que ocurre? — de pronto su mirada se volvió fría, Pete jamás espero esa reacción, él esperaba que al despertar Vegas lo recibiera con mimos y caricias después de todo lo que le había dicho y hecho la noche anterior.
— ¿Qué mierda hicimos? ¿Qué hace esa marca en tu cuello? ¿Por qué no hiciste nada para evitarlo — de nuevo esa mirada llena de desprecio, Pete no comprendía por qué ahora le estaba diciendo todo eso, porque ahora lo miraba como que hubiera hecho la peor vileza de todas.
— ¿N-no recuerdas nada d-de lo que ocurrió anoche? — pregunto con miedo, mirándolo con ojitos suplicantes, los cuales ya empezaban a cristalizarse, debido a la forma en la que Vegas lo estaba tratando.
— Claro que lo recuerdo maldición, y tú no pudiste darte cuenta que no era yo quien actuaba, ¡sino mi maldito lobo! — gritó asustando al omega, quien se preocupó porque los gritos despertaran al pequeño.
— V-Vegas cálmate, n-no digas eso — sollozo, debió haberlo sabido, había sido demasiado hermoso para ser perfecto, definitivamente el Vegas de ahora no era el mismo que le había hecho el amor y lo había marcado el día de ayer.
— Y-yo creí que tú querías — bajo su mirada, su labio inferior tembló y su respiración se volvió errática, su vista comenzó a nublarse debido a las lágrimas que amenazaban con salir, como había sido tan tonto y siego al haberse ilusionado, ahora Vegas lo odiaba.
Ni siquiera tenía la fuerza para mirarlo, empezó a sollozar y a llorar sintiendo la mirada furiosa de Vegas sobre él, no quería que lo mirara así, quería que de nuevo lo mirara como la noche anterior, con amor y cariño, no como alguien desagradable.
Su Lobito también lloraba compartiendo el dolor que ahora sentían ambos.
— Y-yo creí q-qué l-lo nues-tro p-podía s-solucionarse — mencionó entre hipidos, sorbiendo su naricita.
— ¿Lo nuestro? — Vegas sonrió con burla por las palabras dichas, en estos momentos estaba tan furioso que no era consciente de las palabras hirientes que decía, palabras de las cuales luego se arrepentiría — Pete hace tiempo que dejó de haber un nosotros, ¿no habías sido capaz de darte cuenta? Mírate — apuntó a su cuerpo — crees que estoy contigo por gusto propio — la forma en la que lo dijo lo hizo parecer como si el omega fuera algo sucio y desagradable, el pobre omega sintió esas palabras como dagas en su lastimado corazón, sin poder evitarlo volvió a cubrir su cuerpo con las sábanas, sentía pena y vergüenza, no quería que Vegas lo viera y lo siguiera juzgando.
"Basta, por favor, ya entendí, soy despreciable, pero no sigas viéndome de esa manera" Habló el omega, el cual solo quería esconderse, y no salir nunca de su escondite.
Inevitablemente, el lazo ahora era más fuerte debido a la marca, la cual había sido renovada hace pocas horas, Vegas podía sentir el dolor del omega.
Cada vez se hacía más bolita, la opresión en su pecho aumentó tanto que llegó a doler, llevó su mano al área donde ahora le dolía, cerca de su corazón, era como si lo estuvieran desprendiendo de algo, como si estuviera perdiendo algo importante.
— Olvida todo lo que pasó anoche, no tuvo ningún significado para mí — dijo ya cansado y sin querer darle muchas vueltas al asunto, se dirigió al baño dejando al omega devastado y peor que nunca.
El castaño pensó que Vegas se sentía sucio y asqueado por lo que habían hecho, y él lo entendía. Sin embargo, era algo que él atesoraría en su mente y alma siempre, porque por unos momentos había olvidado que en realidad era un estorbo para Vegas.
Pete cerró sus ojos con fuerza, sintiendo su cuerpo temblar sin quitar la mano de su pecho, dolía y se sentía horrible, su Lobito después de experimentar el más cruel rechazo, simplemente se escondió asustado y abatido, siguió corriendo hasta perderse en la oscuridad de la que ya no quería salir jamás, pues prefería la penumbra al rechazo y abandono.
Su ya débil omega no soporto tantas emociones juntas, haber sido marcado e ilusionado, para luego atacado y despreciado con palabras hirientes, las viles y crueles acciones del alfa fueron el detonante para que el pequeño y asustadizo lobo caerá en un abismo del cual sería casi imposible salir.
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