•Sinceridad•
Manejaba a toda velocidad, la preocupación dominaba su cuerpo, ya hasta había perdido la cuenta de cuántas señales se había saltado, en estos momentos una multa era lo último de qué preocuparse. Su entrecejo fruncido, y sus manos que apretaban con fuerza el volante. Vegas estaba intranquilo, no solo su expresión lo confirmaba, sino también su olor.
Cada vez se acercaba más al lugar donde estaba el castaño, sin embargo, aunque la distancia se acortará cada vez más, seguía con aquel miedo de que a Pete le haya pasado algo, lo sabía por la forma en la que lo había escuchado, no parecía ser el mismo Pete de siempre, se oía lastimado, humillado, asustado.
Vegas sentía un horrible sentimiento en su pecho, una opresión que le dificulta la respiración, unas ganas inexplicables de tenerlo con él, protegerlo y cuidarlo, porque ese tono de voz tan vulnerable y ese llanto preocupante, lograron despertar en él un sentimiento desconocido.
Su lobo estaba igual o peor que él, sus garras y colmillos sobresalen considerablemente, sus ojos intensos y afilados que sin duda podrían desarmar a alguien solo con una corta mirada, sus gruñidos territoriales que sin duda podría erizarle la piel a cualquiera.
Su lado animal estaba débil, sin embargo, eso no era impedimento para que el alfa estuviera alerta ante cualquier amenaza.
Theerapanyakul piso el pedal una vez más, acelerando la velocidad. Pete estaba a la vuelta de la esquina, no era su imaginación, Vegas podía sentirlo, podía sentir la angustia que atormentaba al omega, podía oler sus lágrimas, Vegas no se estaba volviendo loco, su lobo le confirmaba que se trataba de Pete.
La sensación en su estómago era horrible. Su pulso se aceleró una vez llegó al lugar donde estaba Pete, era una plaza la cual era bastante frecuentada.
Después de que parquear su coche, el mayor bajó apresurado, buscó con la vista al omega, su mirada se pasaba de un lugar a otro, pero lo único que lograba ver era la multitud de gente yendo de aquí para haya, unos sonriendo, otros hablando por teléfono, unos platicando, y otros solamente caminando hasta su destino, pero no se veía ni las luces del castaño. Camino desesperado, mirando hacia el frente y los lados, a veces también hacia atrás. Tanto olor lo estaba mareando, si tan solo pudiera sentir el aroma de Pete, otro cuento sería, sin embargo, tenía que guiarse solamente por su instinto, iba hacia donde su lobo lo guiaba.
Sus cabellos negros bailaban al ritmo de la suave y fría brisa, despeinándolo más y dándole ese aspecto rebelde que pocas veces mostraba, podía sentir su rostro helarse por el clima. Y es que debido a la prisa con la que salió de su casa ni siquiera se molestó en abrigarse como se debía, su cuerpo tiritaba, y su nariz estaba roja debido a la temperatura.
Sintió su alma, volver a su cuerpo, y un peso menos cuando a lo lejos, en una banca y dándole la espalda, pudo verlo, ahí estaba, era imposible confundir esos cabellos dorados y esponjosos. Por fin lo había encontrado, solo en esos momentos pudo respirar tranquilo y suspiro aliviado.
Tenía la cabeza gacha, estaba solo, pues era un lugar apartado, que pasaba desapercibido. Caminó rápidamente hacia él, casi corriendo, podía sentir y escuchar el retumbar de su corazón, cada vez que la distancia se acortaba los nervios incrementaban, eso no era buena señal, Vegas trataba de eliminar cualquier pensamiento negativo, pero era casi imposible, porque ante los ojos de cualquiera Pete se miraría bastante vulnerable.
Llevó su mano al hombro del castaño, quería hacerle saber que ya había llegado por él, pero ante esa acción lo único que tuvo fue un susto de parte del omega, quien solo se encogió en su lugar y se sobresaltó al momento de hacer contacto.
ESTÁS LEYENDO
no me deseches [Vegaspete Adap.] [En Edición]
Fanfic¿Qué pasa cuando el alfa se avergüenza de su omega, rechazándolo día y noche? El omega se siente solo, no logra entender porque es dejado de lado por aquel quien un día le juró estar para él en las buenas y en las malas. ❝No me deseches Vegas theera...