no me deseches [Vegaspete Adap.] [En Edición]

10

•No te averguenses de mi•

El ambiente se sentía tenso, Pete se encontraba más que incómodo, los dos chicos lo estaban intimidando, no le gustaba esa mirada llena de odio, ni siquiera los conocía, pero ellos parecían conocerlo de toda vida.

Lo peor del caso, es que todos a su alrededor también lo observaban, incluso podía escucharlos juzgándolo descaradamente, en esos momentos solo quería desaparecer.

— No entiendo qué haces aquí, Vegas no te necesita, además… — lo miro de pies a cabeza — si querías venir, por lo menos lo hubieras hecho decentemente — Tawan lo miraba como si fuera alguien inferior a él, como si no valiera nada.
Pete ya se estaba acostumbrando a que las personas lo vieran así, pero eso no quitaba que fuera doloroso.

Él solo quería ayudar a Vegas, nunca quiso problemas, nunca quiso ser criticado nuevamente.

Bajo la cabeza, sintiendo un nudo en su garganta, sus manos temblaban ¿Era tan difícil ir a un lugar donde no lo juzgarán? Dolía porque conocía muy bien ese sentimiento de sentirse insuficiente, todos a su alrededor lo hacían sentir de esa manera.

Y se sintió aún peor cuando sintió aquel aroma que tanto amaba cerca de él.

— ¿Pete? ¿Qué haces aquí? — el nombrado levantó la cabeza rápidamente, su lobo levantó las orejas, quería ser defendido, quería que su alfa lo protegiera.

Pero lo que vio en la mirada de Vegas no fue lo que esperaba, el alfa lo miraba molesto, como si hubiera cometido un crimen, y eso lo hizo sentir terrible porque sabía lo que Vegas podía estar pensando en esos momentos.

Con las manos temblorosas abrió el zipper de la bolsa y cuando iba a sacar la carpeta la voz de Vegas lo detuvo —
¿Qué buscas aquí? — volvió a preguntar, Pete sentía que estaba frente a una persona totalmente desconocida, y no frente a su esposo.

— Y-yo… Solo q-quería… — su voz se cortó, su labio inferior temblaba, Vegas lo miraba serio y frío, y eso le partía el alma, ya no quería estar más ahí, quería salir corriendo y esconderse para que ya no lo sugieran mirando como si fuera alguien desagradable.

Los murmullos a sus espaldas lograron que su vista se nublara.

“De verdad es el esposo de Vegas Theerapanyakul”

“Parece más su criado que su pareja”

“Qué humillación”

“Mira su ropa, en que tienda barata la habrá comprado”

“Qué pena”

Vegas rasco su nuca y sonrió forzadamente claramente avergonzado, todos lo veían a él y a Pete, sobre todo al omega, por eso mismo jamás lo había traído a la empresa, por eso jamás lo llevaba a las cenas de trabajo, por eso mismo no dejaba que lo vieran con él cuando estaban en público, Pete llamaba mucho la atención y no de una Buena manera.

No entendía por qué Pete se vestía de esa manera,
porque no se cuidaba, le daba mucho dinero para comprarse ropa más bonita, pasaba tiempo sin hacer nada bien, hacer un poco de ejercicio. Lo que no sabía es que el castaño ahorraba todo el dinero que le daba y solo gastaba lo necesario, pensaba que si algún día se veían en una situación económica difícil, tendrían algo de donde sostenerse.

Podía soportar los insultos de las demás personas, podía aguantar cuando le decían feo y gordo, pero lo que sentía demasiado cruel, era el silencio de Vegas, él jamás le había dicho esas palabras, pero solo con la mirada le decía eso y mucho más.

Sin poder evitarlo Vegas tomó la mano de Pete y lo llevó hacia afuera, no media lo brusco que estaba siendo en estos momentos, la muñeca de Pete dolía e intentaba soltarse, pero le era imposible, pues era arrastrado por Vegas.

Cuando se aseguró de alejarse completamente, donde nadie lo viera ni lo escuchará, soltó al menor y lo miró con el ceño fruncido en una clara expresión de desprecio.

Pete se sobó la muñeca, la cual había tomado un ligero color rojizo por la fuerza ejercida, mientras mantenía su cabeza gacha, y sorbía su nariz.

— No vuelvas a venir, que sea la última vez, acabas de hacerme pasar un mal momento — el omega de Pete bajo la cabeza sumiso, Pete no le quedó de otra más que asentir y obedecer, no le gustaba cuando el alfa usaba su voz de mando en él, muchas veces ni siquiera tomaba en cuenta su opinión.

— E-es por-que s-sentiste vergüenza de mí — su voz se escuchaba temblorosa y herida, como si en el fondo lo único que quisiera escuchar es una respuesta positiva, una que no lo hiciera sentir un estorbo para el alfa.

El alfa de Vegas luchaba desesperadamente por tomar el control y consolar a su omega, lloraba al sentirse impotente.

“Detén su llanto, ¡rápido! Nuestro omega está sufriendo”

Vegas no contestó y solo observó al menor asentir resignado, sacó la carpeta de su bolso y como este se la extendía para que la tomara — N-nunca quise molestar, mi intención s-solo era entregarla e irme, perdón por venir hasta aquí y causar problemas — se la entregó, sintiendo ese horrible nudo en la garganta, camino hacia la parada de buses, dejándolo solo.

Vegas, al abrir la mentada carpeta, cayó en cuenta de que se trataba, ni siquiera la recordaba, justamente en media hora tendría la reunión con los japoneses, no entendía cómo había olvidado algo tan importante.

“Nuestro omega solo ayudaba y tú lo trataste mal frente a todos, él no merece que lo trates de esa forma” El lobo de Vegas estaba deprimido y sin ánimos, solo quería estar con su omega y pedirle perdón.

Hagan fila los que quieren agarrarlo a piñas 😾 al Vegas por ser tan pendj.

Y Solo puedo decirles que… se viene mucho más drama pero les aseguró que nuestro Pete será feliz y Vegas se arrepentirá por todo lo que le hace.