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•Visita nocturna•

El alfa caminaba con dificultad, eran cerca de las doce de la noche y todo estaba a oscuras y en silencio, el alcohol en su cuerpo no ayudaba en nada.

Subía lentamente las escaleras apoyándose de la pared, sentía que el piso se le movía, y la vista era confusa.
Después de la charla que tuvo con Pete donde el tema del divorcio había salido a la luz, no lo soporto más, su mundo se había venido abajo, algo tan hermoso que había durado más de seis años se destruyó en minutos.

No se quejaba, sabía que el único responsable había sido él, pero aun así era doloroso y triste, por eso quiso refugiarse en el alcohol, pensaba que bebiendo olvidaría sus penas y se sentiría mejor, pero lo único que consiguió es que la culpa y la tristeza de ser abandonado por su omega aumentará, haciendo una escena vergonzosa enfrente de todos, pues mientras bebía cada una de las copas su llanto aumentó.

"Nuestro omega nos dejará, se irá lejos y hará su vida lejos de nosotros"

Su lobo estaba destrozado, su destinado lo estaba botando, nada ni nadie podía hacer algo para aliviar ese dolor, el pinchazo que había sentido en su corazón cuando su omega le dijo que no lo quería cerca, no era por gusto, sabía lo que significaba eso, el lobo moriría al verse alejado de su omega, no resistiría la separación, y Eso era algo que Vegas tenía claro.

El destino de su lobo sería peor que el de Pete, pues el del omega seguía ahí, en alguna parte de su interior, escondido y deprimido, Vegas solo deseaba que Pete encontrará un alfa bueno que lo ame y haga que ese lobito volviera a dejarse querer y salga de ese escondite donde por su maldita culpa había caído.

Se dejó caer cerca de la puerta de la habitación del omega, en estos momentos no era consciente y lloraba como un niño, el cual había sido abandonado por su madre.

El Vegas de antes, ese que le valía madres todo, ese con orgullo y autoestima hasta el cielo, ese alfa idiota y arrogante, jamás imagino verse en esta situación, tan lamentable y humillante.
El imponente Vegas theerapanyakul sería abandonado por su omega.

La puerta estaba abierta, luchó para ponerse de pie, pues se sentía mareado, cuando por fin lo hizo miró enternecido a un Pete que yacía tranquilamente dormido.

Solo la luz de la Luna lo iluminaba, su rostro neutro y relajado, su mano derecha sobre la almohada a la altura de su cabeza.
Vegas, camino hasta su omega, quería seguirlo viendo, aunque fuera lo único que tuviera permitido de ahora en adelante.

“Eres hermoso, no será difícil que encuentres a alguien que te ame, cualquiera se daría cuenta de la bella persona que eres”

Habló su lobo, mientras veía con lágrimas en los ojos al omega que la misma luna había elegido para él, lo único que le pedía a la madre Luna es que no importa lo que sucediera en el futuro, solo deseaba que Pete fuera feliz y lleve una vida tranquila junto a su hermoso cachorro.

Vegas jamás se había considerado una persona débil, al contrario, siempre fue un alfa de mirada dura e intimidante, pero en estos momentos no quedaba nada de aquel alfa temido y respetado.
Ahora era alguien que por sus malas decisiones se estaba quedando solo, no le importaba llorar, necesitaba hacerlo, pues no podía retener todo ese sufrimiento.

Apretó sus dientes y llevó su mano a su rostro, sintiendo lo húmedo que estaba debido a las lágrimas, estaba haciendo un gran esfuerzo para no soltar un sollozo y despertar al castaño, quien a pesar de estar dormido profundamente su rostro también reflejaba una profunda tristeza.

Ambos estaban lastimados, heridos y rotos, uno se sentía traicionado y burlado, con una herida emocional enorme, no se sentía en el valor de volver a confiar en nadie, sentía que su vida ya no sería la misma. Mientras que el otro deseaba con todas sus fuerzas, alma y corazón retroceder el tiempo y no cometer los mismos errores que lo llevaron a este trágico desenlace, deseaba aferrarse a ese omega y no dejarlo ir nunca.

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora