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Un desagradable encuentro

Pete término de alistarse, se había puesto un suéter amarillo de tela suave y afelpada, un pantalón negro no tan ajustado, evitó mirarse al espejo, tomando su bolso, salió de su recámara y camino hacia afuera de la casa, iría a recoger a su pequeño al colegio, pues eso le re correspondía a él.

Guardo las llaves y espero a que pasara un taxi, el clima estaba frío, agradecía haber abrigado bien a su hijo, pues no quería que su pequeño sufriera un resfriado, ya de por sí el niño era muy propenso a enfermarse, eso lo había heredado de Pete.

Luego de dos minutos se subió a un taxi y le dio la dirección del colegio donde estudiaba Venice, el transcurso fue en silencio, el omega iba a gusto con la música que llevaba el auto.

Sin poder evitarlo pensó en Vegas, en lo que este estaría haciendo, si estaría pensando en él, Pete se preguntaba si su alfa tan siquiera lo recordaba en su trabajo, si él llegaba a desesperarse por llegar a la casa y volverlo a ver. Recostó la cabeza al vidrio de la ventana, porque aunque le costaba y dolía mucho admitirlo, sabía que Vegas ya no lo hacía, lo podía sentir, se sentía Olvidado.

— ¿Por qué tan triste? —

El conductor había estado mirando a Pete desde el espejo, desde que el omega subió al auto, pudo sentir su agradable aroma a manzana, y su lobo se sentía a gusto con el castaño cerca de él.

Iba a intentar coquetear, pero cuando vio que en su bonito y delgado dedo llevaba un anillo, supo que el omega ya tenía pareja, y cuando lo examinó más a fondo se dio cuenta también de la marca en su cuello, así que decidió no molestarlo.

Pero admitía que esa mirada nostálgica y triste llamó su atención, y no le había gustado para nada mirarla en esos hermosos ojos marrones claros.

Pete lo observó y se sintió incómodo, ahora se había dado cuenta de que el conductor era un alfa. — solo estoy cansado — respondió sin interés el omega, quien de cierta forma no mentía, había dejado la casa brillando de limpia, pero aun así había quedado agotado.

— oh, entonces yo me hubiera quedado en casa. Perdón no quiero parecer un entrometido, no me lo tomes a mal, solo que en serio luces cansado — habló el alfa de cabellos rojizos.

Pete se empezó a incomodar y no se molestó en
disimular — No puedo tomarme el gusto de quedarme en casa, cuando tengo un hijo al cual recoger del
colegio — Mencionó haciéndose pequeño en su lugar.

— Entiendo, perdón por entrometerme, soy Arm fue un gusto traerte — El conductor detuvo el auto — Hemos llegado, pequeño — Pete tomó su billetera y sacó su pago.

— Aquí tiene — Pete le extendió el dinero, Arm lo tomó y le dedicó una sonrisa.

— Oye podría saber tu nombre — Pidió el alfa y el omega se extrañó, ¿por qué querría saber mi nombre? ¿Acaso es un pervertido? Lo observo detenidamente "Bueno, no tiene cara de pervertido".

— theerapanyakul Pete — Respondió el omega, pues no creía que diciéndole su nombre estaría haciendo algo malo.

— Fue un gusto Pete, espero volver a verte — Se despidió el conductor para después irse dejando al omega en la entrada del colegio.

— ¡¡Papi!! — El gritillo del pequeño cuando vio a su padre lo hizo sonreír y agacharse para recibir a su hijo, quien corría hacia él con los bracitos extendidos, el niño lo abrazó y besó su mejilla

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— ¡¡Papi!! — El gritillo del pequeño cuando vio a su padre lo hizo sonreír y agacharse para recibir a su hijo, quien corría hacia él con los bracitos extendidos, el niño lo abrazó y besó su mejilla.

— ¿Qué tal se portó mi rey? — Preguntó el omega recibiendo a su pequeño.

— Muy bien, fui un guen niño, tuvimos una compañela nueva, se llama Mina — Mencionó animado el pequeño Infante.

— De verdad, ¿y ya son amigos? — El omega le seguía la corriente, mientras se levantaba cargando a su hijo.

— Shiii, es buena niña — Rodeó el cuello de su padre con sus bracitos.
Pete se dirigía a la salida aún con su pequeño en brazos, amaba la manera en la que su cachorro le contaba cómo había sido su día, sin embargo una voz, la cual no conocía, lo detuvo.

— Pete, ¿Pete eres tú? —

El nombrado se dio la vuelta y miró a un omega al parecer de su misma edad, este lo miraba sonriendo y con cara de sorprendido, había una pequeña niña tomándolo de la mano.

— ¡Mia! — Mencionó Venice animado — Mila papi, ella es la niña de la que te hable —

Pete le sonrió a la pequeña, a decir verdad ya se había puesto incómodo y nervioso, ahora que veía a
Al omega con más atención, había logrado reconocerlo, era un ex amigo, pero por motivos bastante tontos este se había enojado con él hace más de seis años.

— Nos volvemos a encontrar Pete Phongsakorn, y vaya, cómo has cambiado —

Pete pudo sentir el tono burlesco del omega, la manera divertida en que lo miraba de pies a cabeza, como si fuera un ser inferior a el, como un objeto que ha perdido todo su valor, y ahora tiene que ser desechado.

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no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora