70

1.3K 105 24
                                    

•Pesadilla•

Pete sonrió encantado, sus ojos irradiaban felicidad y su lobo se encontraba tranquilo. Salir al parque acompañado de su alfa y su cachorro, verlos divertirse con una gran sonrisa en sus rostros mientras los pétalos de flores caían a su paso por la suave y fresca brisa parecía un sueño para el omega, Pete recuerda que siempre quiso salir con ellos, como la familia perfecta que siempre soñó tener, había perdido toda esperanza de que ese día llegaría, pero ahora que lo está presenciando le agradece a la vida por al fin sonreírle después de tanta oscuridad.

Acaricia su pequeña barriga levemente abultada, el cariño y ternura con el que lo hace es notorio en sus acciones, en sus gestos, en su pequeña sonrisa y el brillo en sus ojos. Aún le parece increíble que haya una criatura creciendo en su interior. Puede sentir las vibraciones que hacen los latidos del cachorro gestando sobre su vientre y eso le transmite una cálida sensación de alegría a su pecho.

— Algún día estarás con ellos bebé, con tu padre y tu hermano, jugaras con ellos, te divertirás y te cuidaran mucho — disfrutaba hablarle al cachorro — ya quiero tenerte en mis brazos, besar tu carita y apapacharte cuando estés triste... — hizo una pausa, su sonrisa se hizo pequeña — por favor nace sano, ¿sí? Sé que eres fuerte pequeño, confío en que estarás bien —

Pete aún tenía esa preocupación, pero trataba de ser lo más optimista posible, Vegas también le decía que todo estaría bien, que su cachorro era fuerte y seguramente no tendría complicaciones y él en serio quería creerlo, pero tenía ese pequeño sentimiento de angustia que a veces lo hacía dudar.

En dos días visitarán el médico nuevamente, Vegas iría con él y eso le daba confianza, estaba emocionado porque por fin sabría el sexo de su cachorro o cachorra, aunque sinceramente lo que sea estaría bien con solo que este sano.

Vio como Venice corría hacia él. Desde que le habían dicho que tendría un hermanito, el pequeño no había borrado esa sonrisa de su rostro, y no era de menos, Venice le había dicho que quería un hermano en varias ocasiones, sin embargo, siempre que lo mencionaba le ponían miles de excusas, por eso fue una gran sorpresa para el saber que habría un nuevo integrante en la familia.

— Venice no corras, te caerás — advirtió cuando el pequeño llego donde él.

Este solo sonrió y puso sus manitas en su barriga, amaba hacer eso, le gustaba la dureza que tenía el vientre de su padre omega.

— Me gusta su aroma — dijo refiriéndose al cachorro en su interior — ¿papi yo también estuve aquí adentro? — preguntó con curiosidad el niño, Pete asintió mientras le colocaba el gorrito, estaba haciendo frío y no quería que su hijo se enfermara.

— Así es, te tuve nueve meses aquí — apuntó a su vientre — eras muy grande y te movías mucho — sonrió por la cara que hizo Venice, se veía sorprendido.

Levantó su rostro y vio a Vegas caminar hacia ellos, su lobo se sintió feliz al ver el brillo en los ojos del alfa. Desde que habían reforzado el lazo Vegas irradiaba felicidad, las ojeras bajo sus ojos habían desaparecido, ahora ya podía dormir tranquilamente, sin tener esa angustia de que en cualquier momento se iría y dejaría atrás a sus seres queridos.

Ahora estaba dando todo de sí para corregir sus errores, lo primero que hizo fue dedicarles más tiempo, era verdad que aún seguían viviendo en casas separadas, pues quería darle su espacio a Pete, pero eso no quería decir que los dejaría de ver, todos los días los visitaba, pasaba tiempo con ellos, le preguntaba al omega que tal se sentía, le hablaba al cachorro dentro de él, le cumplía todos sus antojos y de vez en cuando también lo mimaba, porque había ocasiones en los que el omega solamente deseaba recibir un poco de mimos y atención de su alfa y este encantado lo consentía.

no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora