Faraway Land || Jenlisa

El profeta que predijo su muerte

33

El profeta que predijo su muerte

Lisa sintió el nudo en su garganta y tragó fuerte para pasarlo. Observó a la ninfa hacer crecer flores que rodearon la roca y dejar una pequeña caricia en las hojas alrededor de los símbolos en una escritura que ella no conocía, pero que intuía era el nombre de aquel hombre al que la pequeña llamaba padre.

- Humana, padre predijo esto – sonrió viendo a Lisa-. Y también predijo que él no iba a estar presente para ver este evento con sus propios ojos. Padre es muy inteligente, él sabe todo, sobre todo, así que me dejó la tarea a mí de ayudarte.

La menor se puso de pie, con una mano en la cintura y otra sosteniendo el bastón, sonrió.

- Vamos, padre quiere que te muestre todo lo que necesitas saber.

La humana se puso de pie, inmediatamente enviando la mirada hacia Jennie, que se veía tan confundida como el resto de las presentes. Bueno, al menos Lisa podía asegurar que por primera vez todas estaban sintiéndose igual que ella en cuanto a la extrañeza de ese mundo.

Por otro lado, la joven ninfa arbóreo con una sonrisa, extendiendo sus brazos hacia Lisa con un gesto de invitación.

- ¡Ven, humana!

Se dirigió hacia la salida del pequeño espacio, pasando nuevamente entre la cortina de naturaleza y dejándole a las cuatro viajeras un momento corto para verse entre sí. Jisoo inmediatamente señaló la tumba y luego hizo un gesto con los brazos hacia todo el resto de la habitación, Jennie inmediatamente se encogió de hombros y negó, realmente sin una respuesta clara, pero acercándose a la humana para tomar su mano nuevamente.

- Averigüemos qué está pasando y luego seguiremos nuestro camino – propuso la heredera.

Las tres asintieron realmente sin ninguna otra opción.

Salieron barriendo con la mirada el espacio, viendo a la joven de pie al lado de una apertura en el árbol que parecía guiarlas fuera de este. Siguiéndola, comenzaron a caminar por las escaleras de ramas enredadas entre sí que sobresalían del tronco del enorme árbol, donde la seguridad realmente no existía a medida que subían y seguían subiendo. La humana pudo sentir los nervios por estar a tanta altura sin algún tipo de barandal, pero le bastó notar cómo Jennie la ubicaba a ella contra el árbol mientras la princesa era quien caminaba cerca del final de los escalones. Sin embargo, Rosé, aunque se mantenía tan pegada al tronco como le era posible, seguía sintiendo que sus piernas casi nuevas iban a dejar de responderle en cualquier momento.

- Rosé – fue Jisoo quien lo notó al ir caminando tras ella y se detuvo al lado de la sirena mientras el resto continuaba subiendo lentamente.

- No es nada – su voz se escuchó temblorosa hasta en sus propios oídos-. No es nada, solo debo calmarme un segundo...

- Centra tu mirada en tus propios pies, sirena – ordenó Jisoo y una de sus manos se estiró para alcanzar la de Rosé-. Concéntrate en tu propia respiración y no subas la mirada, yo te guiaré.

La rubia no hizo caso solo por un momento, pues su cerebro le insistió en subir la mirada para encontrarse con los ojos de la elfa, que, aunque le veían con un ceño fruncido, parecía realmente preocupada. Rosé sonrió y finalmente bajó la cabeza para ver sus propios pies sintiendo los dedos de Jisoo apretar su muñeca.

- Muy bien, vamos...

Y siguieron subiendo hasta lo que Lisa sintió que eran probablemente cuatro pisos de apartamentos en el mundo humano y con curiosidad palpable, Lisa por fin pudo el final de la escalera, que conducía hacia una plataforma más alta que funcionaba como el balcón que daba bienvenida hacia otra parte interna del árbol.