Mensajera

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Mensajera

El caos invadía cada esquina los gritos desesperados de las cientos de criaturas que intentaban huir solo se unía a la cacofonía de la batalla y la lluvia torrencial. Jennie, con la mirada enfocada en los caballos que lograba ver en una de las caballerizas lejanas a la zona principal del desastre, cargaba a Lisa en brazos mientras las sirenas y Jisoo corrían junto a ella. La humana, a pesar de la debilidad de su cuerpo, luchaba con todas sus fuerzas para volver.

- ¡No podemos volver, Lisa! – Gritó la elfa, pero los ojos de Lisa reflejaban desesperación y resistencia. Quería volver, quería luchar, pero la realidad de la situación se interponía en su camino.

Las lágrimas corrían por el rostro de Lisa mientras Jennie la llevaba lejos del caos. Detrás de ellas, el fuego consumía el pueblo y la batalla entre las criaturas y Chaeryeong se desvanecía en la distancia. La pérdida pesaba en el corazón de todas, pero el instinto de supervivencia las obligaba a seguir adelante, aunque el dolor y la tristeza las acompañaran.

Y fue mientras Jennie seguía arrastrándola, que algo dentro de su cabeza golpeó. Sintió lo que parecía ser su cerebro vibrar con una intensidad arrasadora. Soltó un grito desesperado y llevó las manos a su cabeza intentado arrancar el dolor que había llegado a ella de la nada. No era alguna herida, no recordaba haberse herido la cabeza y de haberlo hecho habría dolido desde hace mucho rato, no ahora.

La humana se aferró a su cabello con fuerza mientras su entorno comenzaba a distorsionarse y desvanecerse a su alrededor. El suelo temblaba bajo sus pies y el cielo parecía retorcerse como si estuviera hecho de tela. Un pitido ensordecedor resonaba en su mente, abrumándola con su intensidad hasta que, de repente, cesó.

Cuando Lisa abrió los ojos, todo parecía haberse ralentizado. Cada movimiento, cada sonido, estaba suspendido en el tiempo. Los gritos de guerra se volvieron susurros lejanos, y el choque de las armas resonaba como un eco distante.

Lisa parpadeó, tratando de entender lo que estaba sucediendo a su alrededor. Sus sentidos estaban agudizados, cada detalle se volvía nítido y claro, como si estuviera viendo el mundo a cámara lenta. Pudo ver el brillo de las gotas de sudor en el rostro de Jennie que se había agachado a su lado, el destello del fuego y el vuelo lento de las flechas a través del aire.

- ¿Lalisa?

Entre el polvo y el caos del campo de batalla, Lisa divisó una figura que se movía con una elegancia y gracia sobrenaturales. Era como una luz en medio de la oscuridad, una presencia resplandeciente que cortaba a través del caos con una calma majestuosa. Sus vestimentas ondeaban en el viento como si estuvieran vivas, y su aura irradiaba poder y autoridad.

Lisa sintió un remolino de emociones en su interior cuando reconoció a la figura que llamaba su nombre con delicadeza y preocupación. Un alivio absoluto la invadió, un sentimiento de seguridad que la reconfortó en medio de la devastación que la rodeaba. "Estoy a salvo", pensó para sí misma mientras la observaba acercarse.

Min-hee se agachó con gracia frente a Lisa, sus ojos radiantes llenos de compasión. Con delicadeza, tomó la mejilla de Lisa entre sus manos, transmitiendo una sensación de calma y protección con su simple contacto.

- Lalisa - susurró la reina con voz serena pero firme-. No tenemos mucho tiempo.

Lisa se aferró al brazo de Min-hee con urgencia, su corazón latía con fuerza mientras miraba a los ojos radiantes de la reina élfica.

- ¡Por favor, debes ayudarnos! - Suplicó Lisa, con la voz cargada de preocupación-. Esto es un caos, los orcos nos superan en número. ¡Las criaturas se han aliado y Chaeryeong está allí dentro!

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora