Faraway Land || Jenlisa

Planes de guerra

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Planes de guerra

La paciencia no era una virtud con la contase Lisa, lo había aprendido bien durante todo el transcurso de aquellos extraños días, pero ahora más que nunca lo confirmaba. Exactamente tres días había pasado desde que despertó en ese lugar. Tres días desde que había descubierto la identidad de la cambiaformas y, precisamente, tres días en los que había tenido paciencia para trazar cuidadosamente el plan que llevarían a cabo.

Si bien la humana estaba intentando no caer en la completa locura, estaba siendo difícil para ella. El bienestar de las tres cautivas seguía estando en su pensamiento constantemente y la idea de no saber si todo su plan podría llevarse a cabo con éxito la desesperaba.

Aún recordaba que aquella primera noche, luego de cenar y toda la parafernalia, la cambiaformas, que luego se había presentado a ella con su verdadero nombre "Ryujin", o algo así había guardado Lisa en su mente cuando aquella criatura lo pronunció y le pareció bastante similar a un nombre que aluna vez habría escuchado en su mundo. De cualquier forma, cuando la falsa Jennie le dijo que tendrían que dormir en la misma habitación, Lisa simplemente la amarró por la muñeca a una de las patas de la cama, tirándole un edredón para que no durmiese completamente en el suelo; eso por supuesto no aseguró el sueño de Lisa, pero en una de las oportunidades en las que se había levantado para observar a la cambiaformas ésta solo estaba envuelta en el edredón, durmiendo pacíficamente.

Tras ello, Lisa simplemente decidió cerrar los ojos y tener unas cuantas horas de sueño tranquilas, hasta que al amanecer de ese día, Taeyeon misma había tocado la puerta para despertarlas, obligando a Lisa a actuar veloz para quitar el amarre de las muñecas ajenas y dejarle dos cachetadas fuertes en la cara para que despertase por completo y volviese a tomar el aspecto de Jennie, lo cual fue una decisión sabia cuando Taeyeon entró sin esperar una respuesta real solo para toparse a una Lisa cubriéndose a toda velocidad con las sábanas, con Jennie debajo de ella.

- ¡Oh! – Había exclamado la mujer mientras se daba la vuelta-. Lo lamento, solo venía acompañarlas al comedor, pero enviaré a alguien en un rato – avisó saliendo de allí rápidamente.

Lisa habría reído en otra situación, si fuera con la verdadera Jennie, por ejemplo, pero cuando bajó la mirada y vio el rosto de su princesa aun con ojos gatunos completamente negros y mejillas mucho más rojas, ella solo rodó los ojos y gruñó saliendo de encima de la otra.

- Vamos, tenemos cosas qué hacer – fue todo lo que Lisa murmuró de mal humor mientras de ponía de pie.

Aquel desayuno, al igual que la cena, había estado lleno de personas. Lisa logró reconocer algunas caras y pudo entablar conversaciones fugaces con ciertas personas antes de que terminasen sacando a colación aquella convergencia y el importante suceso a ocurrir, haciendo que de inmediato la humana se enfocara en terminar de comer la fruta dispuesta para ella.

Más tarde aquel día, Taeyeon le había pedido que la acompañase a supervisar las tareas de la aldea y Lisa terminó accediendo, pues a final de cuentas aquello le permitiría explorar sin ser demasiado obvia respecto a sus intenciones.

La vista de Lisa se movía de aquí para allá a través de los jardines, sus ojos explorando cada detalle del paisaje que se extendía ante ella. El majestuoso castillo principal se alzaba imponente en lo alto de una colina, dominando el horizonte con su arquitectura imponente y sus torres que se alzaban hacia el cielo. Desde su posición privilegiada, Lisa podía contemplar con claridad gran parte del extenso terreno que cubría el campo de fuerza que rodeaba el castillo.

No solo eso, sino que también podía divisar las diversas casas que se edificaban colina abajo. Los caminos de piedra, gastados por el paso del tiempo y el uso constante, serpenteaban entre las casas y los jardines, invitando a explorar cada rincón de aquel misterioso lugar. Las lámparas de aceite, ahora apagadas, colgaban de postes de hierro forjado, como guardianes silenciosos que marcaban el camino en la oscuridad de la noche.