Faraway Land || Jenlisa

Una humana para gobernarlos a todos (Parte I)

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Una humana para gobernarlos a todos

Parte I

Jennie negó, presa del pánico ante la simple idea de que la humana quisiera arriesgarse de tal manera.

- No, Lisa, debemos aprovechar la oportunidad y-

Marcando el inicio de su intento desesperado por regresar a donde habían abandonado a la, ante sus ojos, pequeña Chaeryeong, Lisa simplemente apartó a Jennie de su lado para levantarse. Jennie, sin dudarlo, se lanzó tras ella, con la firme determinación de evitar que la humana arruinara el sacrificio de la valiente ninfa. Sin embargo, el poder de Lisa pareció camuflar el dolor que padecía en ese momento, logrando empujar a Jennie fuera de ella para impulsarse hacia el lejano muro de maleza.

La princesa, aturdida por el empujón que la hizo caer al suelo. Rápidamente, su pierna se movió a velocidad de trueno, golpeando sin cuidado la pierna sana de la humana, haciéndola caer al barro. Jennie se apresuró a ponerse sobre la espalda ajena, intentando detener su forcejeo, pero la fuerza recién adquirida y que poco a poco iba en aumento la volvía una oponente formidable.

En el suelo, Lisa logró darse la vuelta y enfrentar de cara a Jennie, la pierna herida de la humana protestaba con cada movimiento, pero su osadía eclipsaba el dolor.

- ¡Lisa, no vas a volver! ¡No voy a permitirlo! – Exclamó con furia.

La humana gruñó. Sus manos, empapadas de sudor y temblorosas, se aferraban a la tela de la ropa de la princesa, luchando contra sus intentos de contenerla. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, impulsado por una determinación feroz y un miedo profundo por la suerte de Chaeryeong.

Jennie, por su parte, luchaba con igual ferocidad, tratando desesperadamente de proteger a Lisa del peligro inminente que se cernía sobre ellas. Pero la humana se resistía con una fuerza que sorprendió a la princesa, empujando y golpeando en un intento desesperado por liberarse. Los ojos de Lisa ardían con un arrojo inquebrantable, su mente en un estado de frenesí mientras luchaba por liberarse. Gruñía con ferocidad, su voz mezclándose con el estruendo de la batalla que rugía a su alrededor. Cada vez que Jennie intentaba contenerla, Lisa respondía con una resistencia renovada, su determinación sin vacilación mientras se esforzaba por romper el agarre de la princesa.

Algo era diferente y Jennie lo sabía.

Finalmente, con un esfuerzo supremo, Lisa logró liberarse de los brazos de Jennie, empujándola con fuerza fuera de su cuerpo con las piernas, incluso con la lastimada.

- Tu madre habló conmigo – dijo cuando estuvo fuera del agarre.

La princesa se detuvo en el acto, tan confundida como desesperada. Su mente se envolvió en las palabras y pensando en todas las formas posibles para interpretar aquello, rápidamente recordó la runa.

- Una caballería se dirige aquí, pero no es seguro que lleguen a tiempo – limpió la mancha de lodo cerca de sus ojos y apretó los labios-. Si quieres llevarme lejos, tendrás que arrastrarme inconsciente, Jennie... Pero no dejaré a Chaeryeong, no así.

Y sin más, aquella humana se puso de pie y se lanzó hacia el muro de ramas que protegía al grupo de la horda y de la batalla que la ninfa libraba sola.

Jennie se detuvo allí, petrificada en su lugar por un momento. Las palabras de Lisa pesaban en el aire como toneladas de agua por encima de su cabeza. ¿Su madre finalmente había entablado contacto con Lisa? Si Lisa aseguraba que la ayuda venía en camino, de manera tan desalentadora, sería porque no había esperanza en que llegaran a tiempo, no lo suficiente como para evitarles más tragedias.