Faraway Land || Jenlisa

La princesa en la torre y el despiadado dragón (Parte I)

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La princesa en la torre y el despiadado dragón

Parte I

La calma de la noche se extendía sobre el paisaje, envolviéndolo en un manto de serenidad. El cielo estaba salpicado de estrellas centelleantes, dispersas como diamantes en firmamento. Una suave brisa mecía los árboles, sus hojas susurraban secretos al viento mientras se mecían con gracia en la noche tranquila.

Un hombre se desplazaba con parsimonia a través del reducido espacio del balcón, sus movimientos medidos y su mirada danzando entre los campos redundantes. El brillo plateado de su armadura cobró vida bajo el resplandor lunar cuando emergió hacia el balcón, destacando su figura contra el fondo oscuro del cielo nocturno. Sin embargo, al dar la vuelta para regresar al interior, su armadura pareció desvanecerse en las sombras, fundiéndose con la oscuridad que rodeaba el castillo.

Un arco descansaba con gracia sobre su hombro, sus curvas elegantes destacándose contra el telón de fondo de la noche estrellada. A su lado, el carcaj de flechas se balanceaba suavemente con cada uno de sus pasos, una prueba silenciosa de su preparación para la acción. En la tranquilidad de la noche, el hombre parecía un guardián solitario, vigilante ante cualquier amenaza que pudiera acechar en la oscuridad.

Hasta que finalmente, los pasos que resonaban a sus espaldas le alertaron. El hombre se volvió de inmediato, su mano sobre su arco se quedó a medio camino, lista para la acción. Observó con cautela a la persona que acababa de aparecer a través del marco de la entrada, sintiendo una corriente sutil de tensión en el aire mientras evaluaba la situación.

- Señora - pronunció el hombre con sorpresa, inclinando la cabeza en una reverencia corta al reconocer a Taeyeon.

- Necesito que me acompañes, hay un problema en las celdas - apresuró Taeyeon, su tono urgente dejando en claro la gravedad de la situación.

El guardia asintió de inmediato, siguiendo a Taeyeon a través del portal de la puerta hacia el interior de la torre. Sin embargo, su atención estaba completamente concentrada en la mujer que daba las órdenes, lo que le impidió notar el movimiento en la oscuridad a un lado del marco de la puerta. Sin previo aviso, una sombra se acercó a él desde la oscuridad, moviéndose con sigilo hasta estar lo suficientemente cerca para tomar su cuello. Con un movimiento rápido y silencioso, la sombra apretó con su antebrazo y cubrió la boca del guardia con su mano libre, asegurándose de que no pudiera emitir sonido alguno.

Taeyeon se volvió hacia Lisa, agachándose para tomar las piernas del guardia que continuaba pateando desesperadamente mientras era arrastrado más profundo dentro de la torre. Con cada paso, el hombre luchaba por liberarse, pero sus esfuerzos eran en vano mientras el brazo de Lisa seguía apretando su cuello, privándolo lentamente de aire hasta que perdió la consciencia.

Lisa finalmente soltó al guardia, su respiración agitada moviendo sus hombros de arriba abajo con rapidez. Sin perder un segundo, sacó la cuerda que colgaba de su cinturón, apresurándose a atar las manos y las piernas del hombre inconsciente. Mientras tanto, Taeyeon actuaba con rapidez para cubrir la boca del guardia, asegurándose de que no pudiera gritar ni alertar a los demás con su despertar repentino. El silencio envolvía la escena, interrumpido solo por el suave murmullo de la noche que se filtraba a través de las ventanas abiertas de la torre. Con el guardia asegurado y silenciado, Lisa y Taeyeon intercambiaron una mirada de complicidad, conscientes de que su escape estaba en marcha y de que cada movimiento debía ser ejecutado con precisión y rapidez.

- ¿Ya puedo quitarme esto? – Susurró la mujer hacia Lisa.

- Haz lo que quieras – dijo la humana mientras quitaba el arco y el caraj de la espalda del hombre.