Caliente como el infierno

1.3K 239 68
                                    

11

Caliente como el infierno

- Parece bastante fuera de sí - mencionó Byul-Yi dando un paso hacia la chica-. Está sudando.

Jennie envió su vista por encima de la General, viendo a Lisa verdaderamente sudando y con las mejillas progresivamente más rojas. Preocupada, intentó acercarse, pero el paso le fue cortado por la otra reina.

- ¿Podría estar enferma? - Fue Hye-Jin quien habló, tomando la mano de Wheein para evitar que se le acercase más a la humana, temerosa.

- Lo dudo - dijo la reina consorte Tae-Ri, viendo que la humana entre los brazos de su esposa comenzaba a temblar ligeramente-. Habría mostrado estos signos desde que llegó.

- No sabemos si algo de nuestro mundo puede estarle afectando - dijo Wheein sintiendo el apretón en su mano cuando dio un paso hacia adelante. Tuvo que volver hacia la morocha, dándole una pequeña mirada apaciguadora.

Jisoo se movió rápidamente al lado de Jennie, tan preocupada como lucían todas dentro de la recamara.

- Yo... Yo... - intentaba hablar Lisa mientras sentía que el corazón le latía con fuerza dentro del pecho y que las piernas comenzaban a fallarle-. Necesito agua - rogó con voz temblorosa.

Antes de que la reina pudiese siquiera dar una orden, Jisoo ya había tomado la copa que acompañaría la comida de Lisa. Lo tendió hacia la chica y esta sin dilación lo tomó hasta el fondo, dejando que algunas gotas se deslizaran de su boca y bajasen con su cuello húmedo y brillante.

Devolvió la copa a quien sea que estuviese cerca, que para ese momento era Jennie y cuando esta quiso cogerlo, ambas manos se encontraron sin querer, haciendo que Lalisa abriese los ojos nuevamente, dejando paralizada a la joven princesa.

Aquellos ojos cafés ahora estaban tan dilatados que podrían ser negros y su mirada de águila estaba penetrando con intensidad los orbes gatunos de Jennie, quien ante tal contacto solo pudo tragar la saliva en su boca y bajar la cabeza. Pero Lalisa no dejaba de verle.

- Sinceramente... Ella no parece nada enferma, más bien... - las palabras de Jisoo se vieron interrumpidas por las acciones de Lisa.

La humana se había zafado del agarre de la reina de Álfheimr y había cortado la distancia entre ella y Jennie casi empujando al General de Guerra Byul-Yi en su camino, pero antes de llegar a tocar a la princesa comprendió porqué sentía sus piernas tan temblorosas, y es que con solo uno unos cuantos pasos el roce de su pantalón casi le hizo desfallecer, provocando una ola de calor en su cuerpo tan fuerte que su organismo casi de dio por vencido, dejándose caer por poco derrotado.

Claro que, allí estaba Jennie para salvaguardar a la delicada humana, protegiendo su cabeza de un duro golpe contra el suelo.

- ¡Lalisa! - Exclamó Jennie, sosteniendo a la humana que parecía a punto de desmayarse-. ¿Qué pasa? Lalisa.

El rostro sonrojado de Lisa ahora era una masa rojiza y sudorosa, su respiración iba en ascenso al tiempo que sus extremidades temblaban y ahora un dolor de cabeza se hacía presente, apretando sus cienes con fuerza.

- Oh... Creo que sé lo que sucede - murmuró Yongsun, la sabia curandera del Consejo-. Jennie, por favor recuesta a Lalisa en su cama, necesita cobijarse.

Jennie vio a su madre, Tae-Ri, quien rápidamente asintió para que siguiera la petición de su mayor. Sin mucho problema, siendo que aquella humana era menos que pesada ante la fuerza natural de un elfo de sangre real, depositó a la muchacha en el suave colchón, tomando una cobija para arroparla. Sin embargo, antes de cubrir completamente su cuerpo, Lisa se quitó aquella tela con patadas rápidas.

- No, no - dijo entre castañeos de sus dientes-. Hace mucho calor, Dios mío - se quejó, a pesar de que evidentemente sentía frío-. ¿Qué me pasa? - Preguntó al borde del llanto, pues algo en su humanidad le advertía que no era normal-. ¡Dios, hace tanto calor! ¡Jennie! - Tomó a la persona más cercana por el antebrazo, tirándola hacia ella lo más cerca que le permitía aquella cama-. Por favor, Jennie, quítamela.

Jennie frunció el ceño, confundida ante la petición, pues ya no tenía la cobija encima. Se volvió hacia Yongsun, buscando alguna otra orden, pero la mujer parecía estar diciéndole algo entre susurros a Byul-Yi, quien ensanchó los ojos con cierto rubor en las mejillas.

- Yo, y-yo - Lisa temblaba de pies a cabeza, soltando a Jennie para llevar ambas manos a su ropa-. No lo soporto, Dios, quítenme la ropa, estoy quemándome - exclamaba con la voz rota, para una Jennie totalmente sorprendida.

- ¡Lalisa! - La paciente y cordial reina Min-Hee interrumpió toda esa serenidad al ver cómo rápidamente la camisa de aquella humana salía volando por encima de su cabeza, dejándola nada más que es una pieza de ropa color negro profundo que solo parecía cubrir sus senos. Desde su primer encuentro creyó que aquella humana llevaba muy poca ropa encima, pero ahora comprobaba sus sospechas.

La reina tomó el edredón espeso, envolviendo a la chica que ahora se encontraba sentada, para cubrir su desnudes ante los ojos de las otras mujeres. Sabía que su virtud no estaba bajo ningún peligro, pero quería evitarle el trago amargo a la humana de verse en tal situación cuando parecía estar bajo el efecto de algún hechizo.

- ¡Yongsun! - Llamó la reina al tiempo que sentía a Lisa luchar con toda su fuerza en contra del pesado agarre.

- Su Alteza, lo lamento, pero deberá mantenerla envuelta hasta que el sudor saqué todo el alcohol de su cuerpo - dijo la rubia-. Parece ser que ha bebido el brebaje que recientemente se preparó en la cocina.

- Es imposible, Lalisa no ha salido de su habitación - respondió la reina por encima de las peticiones de la humana para ser liberada de toda su ropa.

Jennie casi se ahoga con su respiración, al tiempo que le enviaba una alarmada mirada a Jisoo recibiendo otra incluso más alarmada a cambio. Claro, la reina Tae-Ri pudo darse cuenta de tal acción, ante lo cual su pesado ceño su frunció hacia su hija y la amiga de esta.

- ¿Algo para decir? - Cuestionó, llevándose la atención de todas las presentes, menos de la humana.

Ambas jóvenes se vieron entre sí, pero Jennie rápidamente supo qué camino tomar.

- Juro que no he hecho nada, fue Jisoo quien ha buscado comida para Lalisa puesto que ella estaba hambrienta - señaló a su compañera, quien sintió el peso de toda la culpa cayéndole como un barril repleto de piedras.

Jisoo tragó, sabiendo que su propia guerra acababa de iniciar.


Este capítulo fue de los que escribí hace bastaaante tiempo, ahora no me gusta mucho por ciertas cosas, pero espero a ustedes sí, de cualquier forma, coméntenme qué les parece

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Este capítulo fue de los que escribí hace bastaaante tiempo, ahora no me gusta mucho por ciertas cosas, pero espero a ustedes sí, de cualquier forma, coméntenme qué les parece.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora