Verdades inciertas

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Verdades inciertas

Jisoo salió de la cueva con aire preocupado e inmediatamente notó a una Jennie molesta moviendo piedras y algunos troncos, sabía que solo intentaba liberar su frustración en una tarea especifica, en ese caso intentaba disimular de manera más natural la entrada de la cueva. Se acercó a ella con precaución, conocía demasiado a la princesa y sabía que, si todo aquello le pesaba en el sentido de honor a ella, probablemente a Jennie le pesaba el doble, ella era la futura líder de un reino entero, después de todo.

- ¿Haciendo un poco de remodelación? – Sonrió y se sentó en una de aquellas rocas-. Me gustaría algunas flores por acá, un poco de contraste con las hojas muertas de allá... ¿Quizás añadir color también? Algo de negro y un poco de rosa, no se vería nada mal.

- Mejor ayúdame y deja de molestarme – exigió la princesa.

Jisoo suspiró y fue hacia ella para ayudarle a mover una pesada capa de musgo que antes reposaba tranquilamente en uno de los troncos caídos.

- No puedes culparte por lo que sucedió, ¿sabes? – Jennie gruñó-. ¿Ahora eres un orco?

- Solo hagamos esto, Jisoo.

- Jennie – la arquera se detuvo, tomando el antebrazo de la otra-. Lo que pasó me molesta tanto a mí como a ti, pero no pu-

- ¿Más a ti? – Salió de su agarra sin cuidado y le vio con incredulidad-. Mi madre me confió esta misión, Jisoo. La reina de los Ljósálfar puso esto en mis hombros, era mi deber llevarlo a cabo de manera perfecta y mira lo que pasa solo en el segundo día – hizo un gesto con su mano señalando el estado de ambas-. Sin armas, sin protección y casi matan a Lisa. ¿Qué habría pasado si Lalisa no resultaba inmune a la magia en la trampa?

Negó y procedió a sentarse en la misma roca que había usado Jisoo, su aspecto se veía derrotado y sin ánimos.

- Entiendo – fue todo lo que pudo decir para sentarse a su lado y suspirar-. No puedo decirte que lo que sucedió estuvo bien, pero no fue tu culpa.

- Fuimos descuidadas. Por todos los Dioses, soy una futura reina, ¿cómo dejé que simplemente tocara una trampa de hadas?

- Quizás serás la reina del reino de los estúpidos, ¿no crees? – Intentó bromear para cambiar un poco el aire tenso de la conversación, sabiendo que había funcionado cuando Jennie soltó una pequeña risa-. Escucha, sé que fuimos descuidadas, pero es nuestra primera vez cuidando a un humano, no sabíamos que podían ser tan curiosos – se encogió de hombros y Jennie sonrió-. ¿Qué le pasa con tocar todo lo que brilla? Es increíblemente peligroso.

- Aunque es lindo – sonrió recordando el rostro de Lisa tras darse cuenta de que podía liberar a la rubia con sus manos desnudas-. Ella es... Curiosa.

- Sí – Jisoo le observó durante un momento-. Yo diría que es descuidada, pero si tú quieres usar una palabra más cortés – sonrió y su lengua se asomó un poco con una mirada perspicaz-. También es linda, ¿no te parece?

- ¿La sirena? – Desvió aquella pregunta de su objetivo inicial-. Qué sé yo, no le he prestado atención.

- Hablo de la humana, es agradable a la vista, aunque sea descuidada.

Jennie frunció el ceño y su nariz se arrugo ligeramente, no queriendo volver hacia la arquera.

- No lo sé, si tú lo dices – descartó sin más, con desinterés en su voz.

La elfa de puntería experta solo atinó a soltar una pequeña risa y empujar ligeramente el hombro de su princesa.

Mientras tanto, dentro de aquella cueva se libraba una conversación de niveles totalmente distintos. Si Lisa pudiera clasificar sus sentimientos en una sola palabra justo en aquel momento habría sido "mierda". La respiración se le cortó en el acto y las manos le temblaron. Oh, ella estaba jodida en mayúsculas. ¿Cómo lo había notado? Acaso el hechizo de Yongsun se había ido, era imposible, la elfa había dicho que ella lo notaría.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora