Preparaciones y deslices

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Preparaciones y deslices

Cuando Lisa era más pequeña ella no solía tener muchos amigos, de hecho, era una chica bastante solitaria hasta la adolescencia, cuando medianamente pudo encajar a duras penas en un grupo social donde finalmente tuvo una muestra de lo que era ser alguien normal. Y también le dio la oportunidad de experimentar con ciertas drogas, pero ese no era el punto justo ahora.

Ella solía fantasear con tener personas a su alrededor más allá de su familia, pero realmente siendo una niña no sentía que fuera una preocupación mayor, hasta que en cierto momento dejó de sentir que los tenía a ellos también. Cuando comenzaron los comentarios acerca de su físico.

- Ella no se parece para nada a ti, Sung-il – había murmurado su tío en la sala, cuando creían que ella jugaba en el patio-. ¿Acaso le has puesto atención?

- Es mi hija – aseguró su padre, mientras ella le escuchaba seguir moviendo la carne que se asaba en la cocina.

- ¿Tu hija? Pero si ni siquiera parece hija de tu esposa – el tono exasperado de su tío le hizo encogerse en su lugar-. ¿Cómo sabes que no te engañó?

Ella escuchó a su padre gruñir y luego su tío soltó un quejido, probablemente le había golpeado.

- ¡Vuelve a decir algo así de mi mujer! ¡¿Te quieres morir?!

El sonido del escándalo dentro de la cocina pareció llamar la atención del resto de la familia que estaba en la sala, pues pronto todos se había acercado a la cocina, haciendo que Lisa huyera al patio.

En aquel entonces ella no podía tener más de 8 años, pero lo recordaba vívidamente, pues si bien los comentarios de su tío habían sido crueles, su pequeño corazón había encontrado reconciliación al saber que su padre no creía en tales mentiras, claramente ella era su hija porque ella le amaba, ¿cómo podía amar tanto a un hombre que no era su padre? O al menos así lo veía su inocente pensamiento.

Sin embargo, cuando su madre entró a su habitación unas cuantas semanas después, Lisa, tan perspicaz como siempre había sido, supo que la mujer estaba triste, casi decepcionada, a pesar de la sonrisa llena de puro amor que intentó mostrarle mientras le ayudaba a ponerse los zapatos.

- Solo van a tomar algo de sangre, no sentirás nada, un pequeño pinchazo – había dicho su madre mientras caminaban por el pasillo de la clínica-. Y luego podremos comprar un helado, ¿te parece?

Una prueba de ADN. Supo lo que era cuando días después sin querer logró leer el sobre en la mesa y, si bien era muy pequeña para comprender realmente lo que aquello implicaba, sabía que las familias se lo hacían para determinar si eran realmente familia, lo había visto en la televisión.

Y mientras crecía y su mente se desarrollaba, ella comprendió que, aunque la prueba era claramente positiva, la fractura dentro de ella y dentro de su familia jamás se borraría. Su padre había dudado de su hija, su amor no había sido suficiente para convencerlo de que nadie más podría ser su papá. Y había desconfiado de su esposa, su palabra no había sido suficiente para asegurarle que la niña que ella claramente había dado a luz era también de él.

Y el matrimonio fue una costa rocosa a partir de allí, ella lo notaba, veía cómo se esforzaban por disimularlo y cómo su padre perseveraba el doble o el triple para demostrarles que las amaba, pero la pequeña Lisa no era tonta y su madre estaba herida. Sin embargo, no hubo un divorcio, ni una separación, una cápsula cicatricial pareció formarse alrededor de la herida, siempre visible, siempre incómoda... Pero la herida en ella jamás curó.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora