Un poco de sed y un poco de culpa

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Un poco de sed y un poco de culpa

- ¡Esperen, esperen! - Alzó sus manos en busca de un rápido perdón-. ¡Solo traje sidra! Cuando bajé a la cocina Qui-Tong no quería prestarme atención, pues sigue enfadada por aquella pequeña broma, así que solo tomé algo de comida y la sidra que se encontraba en la cabina de refrigerado - dijo todo aquello a la velocidad de un rayo, no queriendo verse como la culpable por el estado de la humana-. Juro que no le he dado nada malo, fue sidra, solo sidra de manzana.

Ante la explicación, Min-Hee se distrajo un momento, aflojando su agarre de la humana lo que le permitió escapar de este con rapidez y salir de la cama hecha un manojo de sudores y temblores, con el sonrojo dejándole rojo incluso el cuello.

Hubo un momento de tenso silencio que pareció más largo de lo que fue en realidad, mientras las elfas veían a Lalisa de pie frente a ellas con los ojos llenos de lágrimas que no parecían de dolor y la respiración hecha un desastre. Pero antes de que alguna pudiese volver a apresarla con aquella cobija, ella se había movido hacia Jennie, apretando sus brazos por su cuerpo y casi restregando su semidesnudez en la joven princesa, quien impactada apenas había abierto la boca llena de sorpresa.

- Jennie... - ronroneo contra su hombro, donde ahora su cabeza se hallaba recostada-. Mmm... Je-Jennie.

Un profundo en brillante color rojo se apoderó de las mejillas de la princesa, jamás habiendo estado tan cerca de una mujer desnuda que no fueran sus propias amigas cuando se daban baños en el lago.

Tae-Ri y Byul-Yi procedieron a avanzar para separarlas, pues tal situación era mucho más que bochornosa, sin embargo, fueron detenidas por la líder de las sanadoras, quien tomando ambos hombros negó rápidamente.

- Alto, alto - tomó el edredón de entre las manos de Min-Hee y lo puso sobre los hombros de Lisa quien no parecía dispuesta a alejarse una sola pulgada de Jennie.

La princesa, creyendo que la sacaría de tan penosa situación, puso una cara de desconcierto al ver que también la envolvía a ella con la tela y la obligaba a caminar lentamente hasta sentarse en la cama, con Lisa casi sobre sus piernas y ambas cubiertas hasta el cuello.

- Madre - llamó a la reina, pidiendo por algún tipo de ayuda, pero la mujer se encontraba tan confundida que no dijo absolutamente nada.

Yongsun suspiró, ahora volviendo hacia Jisoo.

- Lo que le diste a beber a esta pobre humana fue un brebaje sexual, lo usan algunas parejas para lograr procrear hijos con mayor facilidad y sin tanto cansancio.

Jisoo, al igual que todas las presentes, dejó caer su mandíbula.

- ¡Lo lamento mucho, no tenía idea! - Se disculpó con la reina.

Min-Hee negó, sin tiempo ni mente para ocuparse de la descuidada joven en ese momento.

- ¿Entonces ella solo está... excitada? - Wheein aclaró su garganta ante el uso de tal palabra, pues era una jovencita de quien se hablaba en ese momento.

La sanadora asintió.

- Y el efecto parece ser muchísimo mayor al ser una humana, su defensa corporal ante las plantas y alcohol utilizado son casi nulas - agregó-. Sin embargo, los síntomas parecen ser los mismos, ya que ha encontrado consuelo en Jennie, quien imagino fue la persona a su lado la primera vez que tomó la supuesta "sidra".

Min-Hee abrió los ojos sorprendida y se volvió hacia su hija, la que seguía sosteniendo a aquella humana. Pero, Lalisa no parecía seguir teniendo ningún impulso sexual, solo estaba allí con la cabeza en el cuello de su hija, respirando rápidamente debajo del edredón.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora