Sirvo a tu lado

1K 169 73
                                    

53

Sirvo a tu lado

La humana, aunque profundamente mareada, se puso sobre sus rodillas buscando con la mirada a Chaeryeong, cuando la harpía corrió hacia ella con fuerza. Antes de que pudiera entender siquiera qué pasaba, Lisa echó el cuerpo entero hacia un costado, rodando sobre su hombro lejos del agarre de la criatura. Cuando la garra que iba directa hacia la cabeza de Lisa fue a parar a la pared de roca, donde terminó incrustada. La criatura gruñó intentando sacarla, pero Lisa aprovechó aquello para ponerse de pie y atacar directo al ala.

Con un corte, pudo ver cómo la zanja creada brotaba sangre y el grito de la harpía le puso los vellos de punta. La criatura con su ala libre empujó a Lisa lejos de ella y con un último impulsó liberó las garras de la pared. La criatura emplumada, enfurecida por el corte en su ala derecha, se lanzó nuevamente hacia Lisa con un grito estridente. Con destreza, la humana esquivó el ataque y, con un movimiento fluido de su espada, cortó otra parte del ala afectada. Un chillido de dolor escapó de la criatura alada mientras las plumas caían al suelo, teñidas de un oscuro matiz.

- ¡Toma eso, hija de perra! – Exclamó la humana más feliz de lo que realmente debería estar.

Lisa observó con satisfacción cómo la harpía caía al suelo, momentáneamente incapacitada. Sin embargo, su triunfo se desvaneció rápidamente al presenciar algo inusual. Un extraño brillo comenzó a emanar de la zona herida. Las plumas marchitas se desprendieron por completo, revelando un brazo que antes estaba oculto bajo la manta de plumaje.

Intrigada y alerta, Lisa observó cómo el brazo de la harpía se transformaba. Las plumas caídas fueron reemplazadas por una piel suave y brillante. El miembro, ahora liberado de su antiguo revestimiento de plumas, se volvía más ágil y fuerte. La harpía, lejos de debilitarse, había experimentado una metamorfosis inesperada.

La humana tragó profundo.

La harpía, aprovechando su nueva agilidad, se lanzó hacia Lisa con una velocidad sorprendente. Con un movimiento certero, la criatura empujó a la humana, sin saber lo que había más allá de la niebla, haciéndola caer por el agujero que Jennie había creado al caer en picada hace un momento. Lisa sintió cómo el mundo a su alrededor se volvía borroso mientras descendía por el oscuro abismo.

El impacto contra el piso de abajo fue brusco y doloroso. La humana tuvo que tomarse un momento para comprender lo que acababa de pasar y por qué sus pulmones se habían quedado sin aire. Cuando finalmente pudo tomar aliento y su mirada pudo ajustarse ligeramente, notó desde dónde había caído y dónde había aterrizado, pero más importante, vio la cabeza de la harpía asomarse por el hueco de dónde ella había caído.

Lisa rodó hacia un lado nuevamente y sintió a la mujer emplumada caer donde ella había estado, la humana intentó ponerse de pie, pero sus rodillas apenas habían tenido contacto con el suelo cuando sintió que era sujetada por el pelo y halada hacia arriba. Soltó un quejido, pero la voz se atoró en su garganta cuando su cuerpo entero fue sujeto de la ropa y tras una vuelta, la harpía terminó tirándola por encima de la encimera de la taberna.

El impacto de la humana contra la encimera fue brutal. Botellas de licores se rompieron alrededor de ella, dispersando un aroma embriagador en el aire. El sonido de los cristales que se rompían resonó en la sala, mientras la humana yacía en el suelo, sintiendo el agudo dolor en su espalda y cintura.

Cuando trató de incorporarse, una punzada de dolor recorrió su cuerpo al descubrir que uno de los pedazos de cristal más grandes se había incrustado en su cintura. Lisa jadeó, sintiendo cómo la sangre manaba y empapaba su ropa. La harpía, con uno de sus brazos ahora funcionando como extremidad hábil, se acercó con ferocidad, lista para aprovechar la ventaja. Saltó por la encimera, una de sus patas cayó sobre el hombro de Lisa, enterrando las garras sin compasión. La humana soltó un grito sintiendo los tejidos crujir y desgarrarse.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora