Faraway Land || Jenlisa

Lección de historia (Parte I)

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Lección de historia

Parte I

Al entrar a la sala de reuniones Lisa sintió nuevamente todas las miradas sobre ella, pero esta vez no fueron pesadas, sino más bien preocupadas. Rápidamente aquellas caras pulcras fueron adornadas con sonrisas, intentando apaciguar sus emociones o quizás verdaderamente felices de verla fuera de aquel encantamiento.

- Lalisa – la reina Min-hee se acercó a ella, tomado sus hombros con delicadeza-. Me alegra verte en buen estado.

Lisa simplemente asintió, no sabiendo qué otra cosa agregar.

- Muy bien, acércate, podremos comenzar a hablar.

La humana decidió tomar asiento a un lado de la reina, sabiendo ahora que la silla a su derecha pertenecía a su esposa, optó por tomar el asiento a la izquierda, no queriendo alejarse mucho de la mujer que le confería tanta calma. Mientras tanto, Jennie tomó asiento a su lado siendo seguida por Jisoo y más allá por Wheein y Hye-jin, quienes no habían soltado sus manos desde que habían abandonado la habitación donde Lisa fue cuidada.

El ambiente se sentía tenso, los ventanales enormes habían sido cubiertos por aquellas cortinas incluso más enormes, dejando entrar un poco o casi nada de luz natural y en su lugar todo siendo iluminado por nada más que los candelabros en el alto techo, repletos de luces brillantes, pero atenuadas. Viéndolo más a detalle, lo que Lisa había creído antes que eran velas de cera comunes, en realidad parecía pequeñas esferas de luz flotando en los candelabros, más similares a la luz de las luciérnagas que a la llama de una vela real. La humana se preguntó si era magia, pues aquello era muy hermoso para ser solo una confusión de sus ojos.

Entre tanto, Yongsun acababa de acercarse a la mesa y con ayuda de Moonbyul cargaba un voluminoso pergamino sellado en ambos extremos, se veían realmente antiguo, pero bien conservado. Las mujeres terminaron dejándolo en la mesa, abriéndolo lentamente. Lisa no creyó que fuera tan grande, pero aquello debía medir al menos un metro de largo y cincuenta centímetros de ancho, abarcando toda el área central la mesa, aun sin estar completamente desenvuelto.

En él, ilustraciones hechas con viejas tintas habían sido grabadas y parecían contar una historia. Para sus adentros, la humana no sintió que fuera una historia feliz.

- Lalisa, en este pergamino fueron ilustrados los sucesos que llevaron al Éxodo Humano – Yongsun señaló la esquina superior del pergamino, donde se veían criaturas de largas orejas junto a, lo que ella creyó, eran humanos-. Antes de eso, los humanos poblaron estas peligrosas tierras tal y como cualquier otra criatura, su falta de habilidades mágicas siempre fue una debilidad, pero lo compensaban con un ingenio casi sobrenatural – una vez más, señaló el pergamino, justo al lado de la ilustración anterior se mostraban a varios humanos alrededor de lo que Lisa inmediatamente reconoció como una bastante rudimentaria versión de las primeras bicicletas hechas en su propio mundo.

Una sonrisa iluminó su rostro, acompañada de ojos brillantes. Jennie, que se mantenía al pendiente de sus reacciones, sonrió de igual forma, contenta de ver a aquella reacción por parte de la inocente humana, sin embargo, todas las demás presentes en ese momento resintieron su emoción, sabiendo lo que debían contarle a continuación.

Sin más, Yongsun siguió relatando aquella historia que durante tanto tiempo creyó jamás volver a tener que repetir.

- Hace más diez mil años se libró la batalla que desterró a los humanos de estas tierras, como ya te hemos contado, fueron sacados a la fuerza de este reino para protegerlos, debido a las potencias malignas que se cernían en estas tierras – Yongsun suspiró-. Sin embargo, las vidas tomadas por los hechiceros de las artes obscuras habían sido de gran ayuda para hacerlos avanzar en sus obras, por lo cual, antes de desterrar a los humanos ellos finalmente habían aprendido a separar las almas humanas de sus corazones y mentes, para así obtener el todo el poder sin que la fuerza vital del cuerpo humano se acabase .