La bruja del oeste

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La bruja del oeste

La humana se volvió hacia ella, una mirada fue suficiente para hacerle entender que se quedase allí y la elfa solo pudo asentir, viendo a su Lisa perderse en la oscuridad de la celda antes de que la cambiaformas le siguiera de cerca, alumbrando su paso con la lampara de aceite.

Cuando Lisa dio más paso en el interior de la celda, sus ojos no tardaron en encontrarse a los de la arquera que tanto había extrañado. La elfa le vio con ceños fruncidos y ojos desorbitados, como si estuviese viendo un fantasma, tal como le había visto Jennie. A su lado, recostada en el hombro de la arquera, pudo ver a Rosé dormida o desmayada, pero Lisa estaba segura de que su pecho subía y bajaba, para su gran alivio.

La humana entonces se arrodilló frente a ellas y el gesto que hizo Jisoo para apartarse alertó a la sirena, que, tan rápido como sus adormecidos y adoloridos sentidos le permitieron, se acomodó recta. Entonces soltó un chillido, como el que uno suelta cuando acaba de presenciar una desgracia, algo imposible, improbable.

- ¿Lisa? – La voz de Rosé llenó el silencio de la incredulidad.

- ¿Eres tú? – Jisoo fue la siguiente en preguntar.

La humana les dedicó una pequeña sonrisa.

- Estoy aquí, voy a liberarlas – aseguró acercando sus manos a la elfa que no tardó en estirarlas más para hacerle el trabajo más fácil-. Lamento haber tardado tanto.

- Te vi morir – aseguró Jisoo.

- Y no lo estoy – devolvió tirando con la misma fuerza de la cadena, escuchado el sonido del metal rompiéndose y arrastrando parte de la pared con ello-. Saldremos de aquí.

A su lado, Rosé observaba la escena con incredulidad.

- ¿Esto es real? – Cuestionó ahora viendo a Lisa tirar de las cadenas que le sujetaban a ella-. ¿O estoy alucinando?

Lisa detuvo su tarea por un momento y se volvió hacia Rosé con una mirada sincera.

- No estás alucinando, Rosé – aseguró, dando un último tirón para liberar a la sirena-. Vamos, ¿pueden caminar?

Jisoo asintió mientras se ponía de pie sosteniéndose de las paredes, pero Rosé negó de inmediato señalando su pierna. Un moretón purpura e hinchado abarcaba una gran parte de tu tibia. Lisa hizo una mueca apenada, solo imaginaba que estuviese fracturada y el corazón se le apretó en el pecho solo de recordar que en la batalla Rosé no había sido herida de esa forma.

- Yo la ayudo – una voz ajena se hizo presente.

La arquera vio con desagrado la figura frente a la puerta y Lisa se apresuró a hablar mientras pasaba el brazo de Rosé por su hombro, ayudándola a ponerse de pie. Para la sirena no pasó desapercibida la manera en la que la humana sin problemas alzó prácticamente todo su peso.

- Está conmigo – informó la humana viendo a la cambiaformas-. Lo prometo.

Claro que, Jisoo y Rosé no tenían más opción que creerle. La cambiaformas se apresuró a tomar el lugar de Lisa en la ayuda de la sirena, de esa forma la rubia no tendría que batallar para caminar solo sobre uno de sus pies mientras el otro se mantenía en el aire y Lisa fue la primera en abandonar la celda, esperando por las otras tres junto a Jennie.

Sin una palabra, sin necesidad de explicaciones, la arquera corrió a abrazar a la princesa, se encontraron en un abrazo tan intenso como el dolor que habían sentido en su separación. Los brazos de Jennie rodearon con fuerza el cuerpo de Jisoo, mientras las lágrimas que habían permanecido latentes durante tanto tiempo finalmente encontraron su liberación.

Faraway Land || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora