Capitulo 4.

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Día del baile.

Zackary.

Miles de rosas blancas decoraban la entrada del castillo, las mesas y las sillas; velas por doquier, vajilla de oro y enormes candelabros con pequeños diamantes decoraban el extenso salón. Absolutamente todas las habitaciones estaban iguales, excepto la de Zack, que seguía con su negro impoluto en una rebeldía absoluta.

No podía creer que su padre había llegado a esta instancia y peor aún, que su madre pensara que era una buena idea.

Su madre era la persona más noble que conocía, pero su padre con su terrible carácter doblegaba su voluntad, y eso es justamente lo que paso, su madre cedió a la locura de su padre con una precaria condición: no habría armas ni magia.

Era demasiado ingenua.

Se perfumo y se miro una vez más al espejo acomodando las solapas de su traje negro, Zack sabía muy bien que robaría más de un suspiro y la idea le saco una amarga sonrisa.

"Seducir brujas"... se arrepintió automáticamente.

"toc-toc" Escucho en su puerta.

- Si eres otro mayordomo intentando meter velas y rosas en la habitación, te arrojare por el balcón.

Abrió la puerta con rabia y se encontró con Robert, su viejo mayordomo personal en frente con una bandeja en las manos y una sonrisa divertida.

- ¿De qué te ríes?- Zack hubiese querido lanzarlo por el balcón pero en el fondo lo apreciaba un poco, tal vez un poquito.

- Solo cumplo órdenes, majestad.- El viejo Rob dejo la bandeja sobre el tocador.- Le traje su antifaz, se lo envía la reina.

- Esa mujer es una santa, pero le falta carácter.

- Su madre es un ángel, y su padre hace todo por el bien de su pueblo- La voz de Robert se oía como si hubiese estado ensayando.

- A mí no me engañes, sabes muy bien que este acuerdo no saldrá como lo planearon, aquí hay algo que solo mi padre y esa bruja de alcurnia arreglaron hace días, y definitivamente no es todo lo que nos han contado.

Zack detestaba que su padre haga esas cosas, como ocultar información o tomar decisiones solo, sobre todo cuando al fin y al cabo, todos ellos cargarían con las consecuencias, ya sean buenas o malas.

- Majestad, procure tener cuidado por favor.- Sabia que Zackary tenía razón, claro que si, el era muy inteligente.

- Estate atento Robert, espero que no resulte como espero.

Tomo su antifaz, se lo puso y se despidió de Robert con la mano. Camino por los pasillos (ahora no tan lúgubres) hasta llegar abajo y allí disfruto del anonimato por un rato antes de que las brujas llegaran a su hogar, y pobre de ellas que hicieran magia o algún conjuro, no tendría piedad en absoluto.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora