Capítulo 54.

174 11 8
                                    


Zackary Hellwitch, Rey del Bosque Arlem, pov.

Zackary vio volar a Eileen por los aires una y otra vez, y no solo estaba sorprendido por los golpes que Ethan le daba sin piedad, sino también por la capacidad de la chica de levantarse, limpiarse la sangre de la nariz y volver a ponerse de pié con el ceño profundamente fruncido producto del enojo y la impotencia de no poder propinarle un buen golpe a su entrenador.

- Si sigues así, será Nadeznha quien te pateara el trasero esta vez.

La voz de Ethan era fuerte y Zackary estaba bastante seguro de que, a pesar de estar entrenando en el patio interno, podía oírse puertas adentro del Castillo Negro.

- Olvidas que también cuento con magia.- Masculló Eileen como pudo, su traje negro de cuero ceñido, sus botas y su cabello tranzado distraian un poco a al Rey.

- Si bastara solo con eso no estaríamos aquí, ¿No te parece?

Lamentablemente para Zackary, Ethan tenía razón, aunque a él también se le estaba yendo la paciencia al ver cómo su reina caía una y otra vez al suelo, pero la estaba entrenando sin piedad, solo faltaban cinco días para el duelo, el aumento de las hojas naranjas, amarillas y otras casi rojizas parecían susurrar una cuenta regresiva silenciosa pero letal.

Eileen negó con la cabeza, la bruja parecía no encontrar un hueco por dónde darle un buen golpe al joven que tenía en frente, se puso en guardia lentamente con los puños listos y ambos comenzaron a girar sin perderse de vista.

- Dime, ¿Acaso necesitas que te motive?

- ¿Disculpa?

- Es que te veo bastante segura de ti misma, deja de confiarte de la maldita magia, Eileen.- Estalló Ethan furioso, avanzó hacia adelante para darle un buen golpe en la cara, pero ella se inclinó rápidamente y pudo esquivarlo y de un salto hacia atrás tomo distancia.

- No puedes culparme, Myrcella está haciendo lo suyo, no tengo descanso.

- Pobre Eileen.- De burló él negando con su cabeza.- Seguro que a Nadeznha le importara eso.

Otra vez se acercó a ella y está vez con una seguidilla de golpes, uno tras otro fue esquivandolos pero finalmente una patada en las costillas la tumbó de tal manera que tuvo que agarrarse su estómago con una mano.

Ethan se alejó de inmediato, parecía aún más enojado que antes.

- ¿Cuál es tu problema?

La voz del Rey se oyó como un gruñido, él sabía muy bien que Ethan tenía razón, pero había algo más allí.

Ethan lo miro sobre su hombro, y Zackary se acercó a él con los brazos cruzados y sus ojos azules tan fríos como un témpano.

La camisa negra de Zackary, su pantalón y botas parecían ir a juego con su humor de hoy.

- Motivación.- Dijo sonriéndole con malicia.- Me darás una mano, Zack.

- No te he dicho que me llames Zack, y no te ayudaré a golpearla. ¿Qué carajos te pasa?- Ahora estaban de frente echándose chispas por los ojos, pero había algo malicioso en los ojos del entrenador.

Ethan tan veloz como un rayo le lanzó un golpe en la cara al rey, quien muy hábilmente lo esquivó y cuyo rostro se ensombreció.

- Has perdido la cabeza.- Murmuró y prácticamente se lanzó a golpear al joven sin piedad.

Pero cuando estuvo a punto de golpearlo con una patada y tumbarlo, su pierna quedó en el aire a escasos milímetros de Ethan.

- Dijiste que no había que fiarse de la magia.- Le gritó la bruja, y en sus dedos ya se podía ver una pequeña corriente eléctrica.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora