Capítulo 46.

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Reina Eileen Good del Bosque Arlem, pov.

El Rey Zackary Hellwitch se enfrentó a la mañana siguiente a al Rey de las sombras cuando se enteró que éste le había extendido una invitación a Eileen para ir a su reino.

- O viajamos juntos o nada.- Espetó con rabia una vez más, los ojos de Zackary eran de un intenso color azul y observaban al Rey Maxon, quien lucía realmente tranquilo, como si estuviese por destriparla.

- La invitación fue para la Reina, porque el tema sólo le concierne a ella y a mí.- Contestó amablemente, realmente parecía no importarle la pataleta del jovencito.

Las décadas le habían enseñado Maxon a armarse de paciencia, ésta en muchas ocasiones le había enseñado que no estaba demás aguardar por resultados, o pelear por causas un tanto estúpidas.

Eileen observó la escena desde una ventana, un tanto malhumorada, la actitud de Zackary le parecía bastante equivocada teniendo en cuanta que la última vez que viajaron a Hellwitch volvió sola, y él se dió el tupé de regresar días después.

Inspiró profundamente antes de salir de las puertas del Castillo Negro, dos pares de ojos increíblemente diferentes se clavaron en ella.

También oyó un suspiro, y que alguien sostuvo la respiración.

Zackary vestía completamente de azul oscuro, un traje inmaculado con zapatos negros, con su espada siempre en la cadera.

Eileen pensó que seguía siendo precioso, pero que su belleza era tan poderosa como el daño que podía causarle, y desvío la mirada a Maxon.

El Rey del Norte poseía una belleza más etérea, su piel blanca acompañada de esos ojos dorados y esas facciones angulares... Su cabello rubio con reflejos ocres... Y luego su figura, era imponente, fornido pero en la medida justa.

El día de hoy vestía una camisa, un pantalón y un saco de paño negro.

Ésto último le llamo la atención, no entendía el porqué tenía un saco de abrigo, aquí en Arlem no hacía tanto frío.

Debió haber fruncido el ceño porque Maxon se explicó de inmediato.

- Me temo que en mí reino el frío es constante.- Dijo a modo de disculpa, encogiéndose de hombros.- Tengo uno para usted en el carruaje.- Agregó al ver su vestido gris de gasa con hombros descubiertos.

- Es usted muy amable.- Asintió ella en señal de agradecimiento.

- ¿Te irás?

La voz Zackary la devolvió a la realidad, casi había olvidado que el Rey estaba allí.

- Por supuesto, esto es importante, y nadie más intervendrá en mí vida.

La clara advertencia de ella no le pasó inadvertida, y apretando la mandíbula, él asintió con molestia.

- ¿Puedo acompañarte?- Preguntó esperanzado.

- No será necesario, porque de todas formas es un asunto del Rey Maxon y mío.

No pretendía ser grosera en absoluto, pero era exactamente lo que le había dicho el Rey Lexostor.

- No necesitas decirme nada de lo que averigües, simplemente quiero acompañarte.- Insistió.

- Lo mejor será que viaje sola, lo siento.

Y realmente sentía que las cosas estén así con él, pero también quería apresurarse, cuánto antes saliera, más pronto sabría de que iba esa profecía.

- Por favor cuida nuestro Reino en mí ausencia.- Le pidió ella con amabilidad.

Los ojos de Zackary se iluminaron un poco y asintió lentamente sin dejar de mirarla a los ojos.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora