Eileen pov.
Esa mañana desperté agotada, luego del episodio en la ventana no había logrado dormir bien.
La cuestión fue que mí esencia se mezcló con la de alguien igualmente poderosa.
Dicha esencia tenía notas de pimienta, ron, cuero y nardos.
Era sumamente masculina y elegante, sentí que abrazaba todo mí cuerpo esa noche.
Robert llegó a mí puerta para decime que el desayuno estaría listo en 10 minutos, así que me puse ropa cómoda, mis botas de montar, una camisa blanca y pantalones de cuero con piedras preciosas en las costuras del bolsillo. Era una versión más elegante de mí atuendo informal.
Peiné mí cabello en una larga trenza y algunos cabellos rebeldes caían sobre mí frente.
Al salir por el pasillo me encuentro a Zackary y Maxon asesinándose con los ojos, ambos de frente.
Maxon estaba vestido con un traje negro y de detalles en dorado, perfectamente impecable, por su parte, Zackary estaba completamente de negro, camisa, pantalón y zapatos al tono.
Las sombras de dicho Rey habían comenzado a abarcar parte del pasillo, y Zackary hervía de ira y estaba a punto de sacar la espada de su funda.
- ¿Que sucede aquí?- Mí voz suena fuerte y clara y doy un paso hacia ellos.
Zackary voltea a mirarme con preocupación, pero el Rey Maxon no le saca los ojos de encima.
- Ni siquiera nota cuando está cerca, ¿Qué clase de conexión es esa de la que habla?- Las palabras del rey de las sombras me desconciertan, son llenas de resentimiento y cólera.
- Usted puede sentirme porque es un ser de magia, al igual que yo lo percibo, magestad. Ahora díganme que sucede por favor.- Ordené a ambos.
Sus ojos dorados voltean a verme, y ahí está de nuevo esa inquietante sensación, siento que puede acariciar mí cuerpo y mí corazón con sus ojos...
No quiero sentirme así, ¿Que tiene este hombre que causa esa sensación en mí?
No siento lo mismo cuando Zackary me mira, no desde que pasó aquello con Christine.
Esa noche, fue la última vez que sentí mí esencia reclamando con vehemencia a mí esposo, desde entonces no ha vuelto a pasar.
Traté de convencerme de eso, he pensado mucho en la forma en que mis ojos ya no le responden, una parte de mi magia se había dañado al ver la cercanía de ellos, y se que no podía culparlo, él no era un ser mágico que pudiera resistirse a un embrujo.
Pero mí magia no lo aceptaba, y nuestro vínculo desde ese día se había visto afectado, mí corazón sufría en silencio porque no sabía cómo demonios iba a solucionar aquel desastre.
- Debemos hablar de algo urgente.- Comenzó Zackary, sus ojos azules estaban desorbitados.
- Entonces vayamos a la sala, y Rey Maxon...- Le pedí mirándolo nuevamente a los ojos.
- Lo que usted ordene.- Asintió e hizo una reverencia, inmediatamente las sombras a sus espaldas desaparecieron.
-¿Cómo sabía qué...?- Mí voz se oyó ahogada.
Zackary se acercó a mí y tomó mis brazos con cuidado.
- De eso debemos hablar, por favor vayamos a la sala.
Estaba un poco aturdida, observé sus ojos y allí ya no veía nada, mí esencia no llenaba nuestro espacio como antes.
Fue un cambio súbito, pero me afectó demasiado.
Me desprendo de sus manos pidiéndole espacio con mí mirada, más adelante el Rey Maxon me mira con preocupación.
¿Preocupación? Que demonios.
Casi corro de camino a la sala, siento los pasos de Zackary a mis espaldas, pero no los del Rey Maxon.
En la sala Myrcella está de pié junto al enorme hogar, llego hasta ella y toma mí mano con fuerza.
-¿Que pasa, Myrce?- Mí voz sale ansiosa y en susurros.
- Todo estará bien.- Me aseguró con una media sonrisa.
Tomó distancia de mí tía, ella también lo sabe.
- ¿Hace cuánto lo sabes?- Mí voz es débil, siento el dolor.
- Ella no es la culpable de esto, nadie lo es, o sí, aquel desgraciado de Maxon lo es.- Zackary se oye desesperado.
- Sino hablan ahora, destrozaré el bosque entero, hasta Hellwitch y el Reino Blanco.- Amenacé, los truenos comenzaron a escucharse a lo lejos, la ira brotando por mis manos y mí sangre.
- Eileen,- Myrcella avanza hacia mí pero doy un paso atrás, veo el dolor en sus ojos, pero no puedo con su pena ahora.- el Rey Maxon jamás abandona su reino, jamás. Ha tenido una razón muy buena para ausentarse de allí y estar aquí.
- No lo permitiré.- Zackary de acerca a mí y quiere tomar mí mano pero no lo dejo.
Myrcella lo ignora y continúa explicándome.
- Él dice que...- Traga con fuerza- que vino por ti.
Mí corazón se detiene, no sé a qué se refiere. Llevo mí mano a mí frente.
- ¿Qué?
- El Rey Maxon sostiene que es una profecía, no nos dijo cuál, al parecer solo tú y el conocerán la misma.
Un minuto transcurre o quizá más, mí cabeza no se detiene, miles de pensamientos van y vienen, libros, textos, no recuerdo haber leído nada sobre una profecía y el Rey del norte.
Mi vista se fija en algún punto de la pared que tengo en frente.
- Pero yo reclamé a Zackary.- Contesté automáticamente.
- Esa es otra cuestión.- La voz se Myrcella se oyó muy mal, como temerosa de decirlo.
- Dime que Sarah no metió sus narices en mí magia.- Truenos, rayos, la tierra comienza temblar, la lluvia no cesa.
- Fue Nadeznha.
Y así, la ira tomó el control de mí.
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Fresias y coronas. (Libro 1)
Teen FictionEileen Good es la descendiente de las primeras brujas del mundo, la magia corre por sus venas así como la maldición de llevarla. Zackary Williams es el príncipe de Hellwitch, su destino es perseguir a las brujas y darles caza hasta acabarlas todas. ...