Capitulo 6.

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Recibimiento.

Zackary.

Fue impresionante la cantidad de brujas que llegaron a caballo al castillo, al menos habría unas cien, y eso teniendo en cuenta que eran todas las de alcurnia, entonces habría que tener en cuenta aquellas que quedaron en el Reino Blanco.

A Zack no se le escapaba nada, pero suponía que a las brujas tampoco, seguramente sabrían en donde estaba el ejército, la cantidad y hasta las armas que tenían, incluso sino estaban presentes, sabrían donde los guardaba el rey.

Una parte de Zack quería que la fiesta saliera bien, que el plan de su padre realmente sea el que le había contado a su mama y a él.

Pero nada era así de simple con el Rey Edward, siempre había ambición, venganza y sangre de por medio, y Zack al parecer iba por el mismo camino, salvo por esa lealtad que corría por sus venas, y que a gran diferencia de su padre, lo convertía en un ser humano justo.

Las injusticias hacían que a Zack le hirviera la sangre, no importa si era bruja o Hellwitcher, no las permitía, no las toleraba.

El gran salón se fue llenando de brujas conforme pasaban las 9, los nobles las recibieron muy bien, y la verdad que si Zackary no supiese de lo que eran capaces, diría que eran seres encantadores.

Nunca las había visto en una situación tan trivial como en un baile, las que había perseguido eran crueles, de piel media verde y fea, absolutamente todo lo contrario a las que veía ahora.

Eran realmente fascinantes, no era tan estúpido para no admitirlo, tenían algo místico en su forma de caminar, sus cabellos eran de colores inusuales, como rosa, celeste o rojizo, y luego estaba la elegancia que tenían, todas ellas usaban vestidos de gala muy finos, con tules, gasas, sedas y piedras, y sus mascaras a juego.

"O quizá son todas iguales" pensó.

Poco a poco se presento con algunas brujas, con una amable sonrisa y calculados modales. En un momento se choco con alguien de cabello tan rojo como el fuego.

- Lo siento, no la vi, discúlpeme por favor.- Murmuro Zack al tiempo que una joven bruja le dedico una amable sonrisa. Sus ojos eran tan verdes como las esmeraldas y era muy bonita.

- No hay nada que disculpar majestad, de hecho ha sido mi culpa- La joven hizo una leve reverencia en señal de disculpa- ¿De casualidad ha visto una joven de cabello plateado?

La forma en que Myrcella le hablaba le resultaba muy familiar, al punto que lo hizo sentir incomodo, cosa que a la joven le importo en absoluto.

- No la he visto, espero que no se haya perdido por el castillo.- Había una leve advertencia en el tono de Zack.

- Bueno, no sería muy extraño de ella, pero definitivamente reconoce los limites.- La pelirroja no se dejo intimidar, y al contrario, le agradeció nuevamente con una enorme sonrisa y desapareció en busca de aquella joven entre la gente.

Pero la cuestión era que había una bruja husmeando por el castillo, y entonces Zack pensó que no sería una mala idea salir a buscarla, después de todo era uno de los anfitriones y no quería que nada salga mal, porque se rehusaba a confiar en brujas.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora