Capítulo 45.

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Reina Eileen Good del Bosque Arlem, pov.

No fue plenamente consciente del tiempo que había transcurrido sino hasta que salió afuera y se encontró con que era de noche; la luna llena iluminaba el jardín interno tenuemente, parecía bañar las flores con luz lunar, lo mismo con la fuente de agua en el centro.

Al parecer Eileen había pasado gran parte del resto del día durmiendo debido a las heridas, y allí estaba de nuevo, a su encuentro con Zackary, y esperaba que está conversación no fuera también otra pequeña disputa.

Su corazón estaba triste, los ojos de la joven reina estaban de un gris algo opaco esa noche, toda ella parecía haberse mimetizado con sus sentimientos, hasta su amargado vestido negro.

Avanzó un poco más y encontró a Zackary sentado en la fuente de agua sosteniendo su dije de plata, el que acostumbraba llevar siempre. Eso llamo su atención, pero no le mencionó nada al respecto, y sin esperarlo y de pronto, fue el joven quién contestó su pregunta, como si hubiese podido saber lo que pasaba por su mente.

- Oí tus pasos...- La voz de Zackary se oyó grave.- Este dije me lo ha dado mí madre, y por cierto, debo decirte que gracias a él y a mí sangre mitad brujo, pude protegerte aquél día con el escudo.

La confesión del Rey la tomó por sorpresa, no se esperaba una explicación, no cuando dijo que no podía dársela.

Eso explicaba porque pudo conjurar un escudo, e incluso porque había podido entrar al círculo de magia de Zunilda aquél día en el bosque.

"Un humano ordinario no podría entrar, pero Zackary sí, el era mitad brujo."

- Lo que ignoro es porqué,- Continuó él poniéndose de pié y mirando la luna - ya que mí padre es humano, mí madre también, soy hijo legítimo de ambos, entonces no entiendo eso.

Eileen permaneció en silencio, la verdad era que tampoco encontraba una explicación racional para eso, quizá podría investigarlo, aunque no sabía si encontraría algo más que ayude.

Por otro lado entendía el trasfondo de ésta conversación, debido a los recientes eventos, y a su desliz, quizá era la última carta que le quedara para jugar con ella.

La sinceridad.

- Lo siento, no se nada al respecto, Zackary.- Contestó ella con calma.

El volteó a mirarla, y ella clavó sus acusadores ojos... Esos ojos que alguna vez le parecieron dos zafiros preciosos, ahora se sentían como espinas.

- Tengo tanto que decir que...- Comenzó él y luego se calló al ver qué ella alzó su barbilla con sus ojos grises brillantes, claramente herida.

- Jamás me lo dijiste.- Lo acusó directamente, sin vueltas y con su voz tajante. Alzó su mano poniendo distancia entre ambos, no estaba dispuesta a que la toque o se acerque más.

- Sabía que esto pasaría.- Murmuró él con la voz rota.

- Preferiste la mentira antes que la verdad.

- Te perdería si hubiese dicho la verdad.- Dijo el medio desesperado.

- ¿En qué momento creíste que ésto tendría un final feliz? Quiero decir, me engañas y pretendes que no lo sepa.- Lo acusó ella con su voz quebrada.

- Yo no era consciente de un embrujo, y lo sabes.

- Eso lo entiendo, ¿pero que hay del beso?

Él se quedó mudo, abrió la boca una vez para decir algo pero luego simplemente la cerró, llevo una mano a su cabeza totalmente frustrado.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora