Capitulo 22.

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Eileen pov.

Los días fueron pasando, de a poco me fui acostumbrando al enorme palacio, aunque para mí se asemejaba más a un castillo, al menos la fachada de afuera.

Tenía más habitaciones de las que podía contar, predominaba el blanco, negro y dorado, la combinación resultó exquisita a los ojos, quien lo hubiera elegido tenía buen gusto.

Aunque por dentro era muy moderno, por fuera era un poco más gótico, estaba hecho de grandes ladrillos, paredes anchas y altísimas que terminaban en enormes torres con pequeñas ventanas.

Tenía dos pisos, en el de abajo se hallaban baños y habitaciones del servicio, un gran comedor, una sala de estar y otra sala con un balcón que daba al enorme jardín interno, el cual en el medio tenía una fuente de agua.

En el piso de arriba, habitaciones en suit para huéspedes, una sala de música y arte, otra de ciencias (en realidad pedí que se prepare para estudiar venenos) y luego, nuestras habitaciones, mía y de Zackary, ambas separas por una gruesa pared de piedra.

Después de despertar, me había encontrado con Zackary a mí lado, yacía dormido en su silla con la cabeza a un costado, le toque su hombro y le avisé que ya estaba bien, creí ver en su rostro algo de alivio pero no estaba segura.

Al día siguiente Ethan y Myrcella me pusieron al corriente y ahí comenzó el suplicio.

Las semanas corrían y solo veía a Zackary en la cena, no hablabamos mucho, en algún punto eso me molestaba, pero no podía culparlo, él también estaba a cargo de otros asuntos.

¿Pensaría él en mí en algún punto del día? Aveces sentía que había condenado al príncipe a casarse conmigo, pero por otro lado, yo también tuve mis motivos para acceder.

Me encontré a mí misma haciéndome esa pregunta una mañana mientras corría por el bosque.

Por otro lado, el entrenamiento era tres veces más fuerte que antes, me exigían mucho porque el poder que se me había dado requería fuerza mental y un control minucioso de la magia en todo mí cuerpo.

- Hora de luchar, te quiero concentrada.- Ethan chasqueo sus dedos frente a mí, su cabello castaño tenía pequeñas gotas de sudor, y se puso en posición de lucha.- Estás distraída.- señaló.

- No, estoy pensando como patearte el trasero.- Casi escupí las palabras.

Lanzó un golpe directo a mí estomago pero pude esquivarlo, me agaché, giré y trate de patearlo, pero saltó muy rápido.

- No, estás frustrada.- me señaló con su dedo índice.- ¿Porqué no hablas conmigo?

Exactamente, ¿Porqué no hablaba con él? Ethan era un buen amigo, siempre me había aconsejado para bien, ¿pero cómo podía hablarle sino sabía exactamente qué sentía?

Di una zancada y comencé a dar golpes, uno tras otro a su rostro, los esquivaba con gran precisión y rapidez.

Súbitamente se cubrió su rostro pero me golpeó fuertemente el estómago, su puño fue todo menos suave.

Caí en el piso y me hice un ovillo del dolor, gemí pero volví a levantarme.

- No sé cómo se supone que viva así con él.- De pronto mí espalda se sintió más liviana, aunque mí corazón algo más triste, hice ese sentimiento a un lado y me concentré.

Avancé hacia delante, pero esta vez teniendo más precaución, no volvería a tirarme al piso, no quería admitir más de lo que podía.

Comenzamos a movernos en círculos sin perder el ritmo, alzó las cejas pensativo.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora