Reina Eileen Good del Bosque Arlem, pov.
El Gran Campo está vacío, es lo primero que percibo al llegar.
El cielo es gris con algunas nubes más oscuras cargadas de magia negra y una lluvia inminente amenaza con llegar de inmediato, el aire es pesado, la humedad es insoportable y de alguna manera reina el silencio y solo escucho mí agitada respiración.
El Gran Campo fue el lugar de lucha de la Primer Guerra, cientos de brujas, humanos y criaturas lucharon aquí por sus vidas en una batalla final infernal, unos contra otros defendiendo sus ideales.
Y la tierra tiene memoria, toda bruja lo sabe, aquí el olor a muerte es tan fuerte que lo seguiría sintiendo durante días. La magia es otra cuestión, porque ha quedado mucha energía aquí, y no precisamente positiva, y la lucha de esos caudales negativos interviene en los duelos.
Y la magia oscura no sigue a las brujas blancas...
Inspiro profundamente, mí mente trabaja a toda velocidad, pienso en Myrcella, Zackary, Ethan, Zunilda, Robert...
Una lágrima llena de rabia cae por mí mejilla, mis manos tiemblan, necesito apagar esta ira, necesito que el duelo comience.
- ¡Sal de tu escondite, sal a morir!- Mí voz se oye fuerte, resuena en todo el campo, y las lejanas montañas la llevan a los rincones más pequeños de los reinos.
Mí respiración se agita, la rabia me está consumiendo.
Una risa de malvadas campanillas se oye cerca.
Pero Ethan me ha entrado duro y sé que me atacará siempre que pueda por detrás, porque es lo que las cobardes hacen, porque es simplemente basura.
Me agacho rápidamente, mí cabello se libera de una trenza que ya estaba casi desarmada, y al girar en el suelo, estiro tanto mí pierna tanto como es posible, pero ella también lo ve venir, y de un salto desaparece tomando una exagerada distancia.
- ¡Alto!
Ambas nos congelamos y nos miramos con cautela, para luego dirigir nuestra mirada al cielo.
Sarah Osborne, una de las Tres Supremas va a ser quién presencie el duelo para luego notificar el resultado.
Quien presencie el duelo no puede intervenir de ninguna manera, sin importar lo que suceda, y al final debe informar el resultado a las otras dos Grandes Brujas.
La roja y corta melena de Sarah resalta en todo su atuendo negro, sombrero puntiagudo, camisa, pollera larga y botas. A medida que baja, su rostro se ve más blanco que de costumbre, sus ojos brillan con expectativa, y una malvada sonrisa le adorna su cara.
- Hermanas.
Con su leve asentimiento de cabeza, ambas hacemos lo mismo.
Así funciona la magia de Sarah, sometimiento.
La ira brota aún más dentro de mí, detesto el don de Sarah, detesto que mí cuerpo se doblegue como una maldita rama en medio de un tornado.
Percibe mí ira y sonríe con más malicia, pero no vuelve a usar su don, y también le dirige otra aireada mirada a Nadeznha.
Sarah odia a las brujas exhiliadas, a sus ojos son traidoras, y dicho por ella misma: "Deberían independizarse como una raza diferente a la nuestra, entonces podríamos incinerarlas hasta los huesos."
Porque si hay algo que también detesta tanto como a las exhiliadas, es la traición, así que podría decirse que de Las Tres, la más leal es Sarah Osborne.
ESTÁS LEYENDO
Fresias y coronas. (Libro 1)
Teen FictionEileen Good es la descendiente de las primeras brujas del mundo, la magia corre por sus venas así como la maldición de llevarla. Zackary Williams es el príncipe de Hellwitch, su destino es perseguir a las brujas y darles caza hasta acabarlas todas. ...