Capitulo 24.

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Eileen pov.

Zackary se adelantó y se plantó al frente, su corpulento cuerpo protegía el mío, su espalda alzada en guardia, viéndolo así sentía que era más alto y poderoso, la forma en que se preparó rápidamente me dio escalofríos, era un mercenario experto.

Giró su rostro hacia la izquierda, yo también oí que los pasos venían desde allí, me bajé rápidamente y tomé a ambos caballos de las riendas.

Tal como su dueño, Fuegoazul se envaró con una mirada fría en dirección al bosque, Camaleón estaba muy tranquilo y eso no me sorprendía, tenía una templanza enorme, más que la que poseía yo.

- ¡Vaya, vaya! pero si es la reina de cenizas.- Una voz masculina, grave y musical se escuchó.

Desde las sombras salió un hombre alto de cabello plateado y largo como el mío y ojos negros, con ropa oscura, llevaba una espada y una daga en su cintura, era realmente alto y su rostro... Era bellísimo, definitivamente se trataba de un brujo, ese tipo de belleza no era humana.

Dimos varios pasos atrás.

Con disimulo planté un fuerte escudo entre el y nosotros, incluyendo Camaleón y Fuegoazul.

"Scutum." Pensé, y automáticamente se alzó a nuestro alrededor.

Zackary lo miraba con desprecio, sus precisos ojos azules ahora eran fríos zafiros. Por algún motivo guardó su espada en su funda y se plantó de brazos cruzados.

- Reyes,- Espeté con malhumor y creí ver un atisbo de sonrisa en Zackary.- y definitivamente del bosque, no de cenizas.- Le dedique una radiante sonrisa y aunque sonrió note la tensión en su mandíbula.

Me presione a mí misma en hacerme respetar desde el principio, algunas veces la amabilidad con determinadas personas pasaba como debilidad.

- Te esperábamos antes, te has demorado, claramente es una falta de respeto.- Dijo observándome con desdén y burla.- Pero qué bien que ha elegido el príncipe.- agregó recorriendome con sus ojos tan oscuros como la noche,- se ha llevado a toda una joya.

- Cuida tu boca brujo.- El rostro de Zackary se ensombreció, podía sentir el olor a fresias muy intenso.

- ¡Oh, por favor! No sean aburridos.- alzó las manos en señal de broma- Vine a escoltarlos, Zunilda los espera.

Zunilda Blanco, como lo suponía, ex jefa de la élite de Las Blancas, al parecer le había robado la corona del bosque a una asesina letal, muy bien, esperaba no llegar a tener que enfrentarme a ella porque sabia muy bien que no estaba a la altura, pero sin duda no me rendiría, y el bosque me respondía, si pedí su poder podría tener posibilidades.

- Solo la reina.- Masculló el Brujo parándose frente a Zackary.

- Bueno, ¡pero que ganas de morir que tiene este tipo!- La voz del rey era una amenaza a toda regla y su voz se era grave.- La reina no se mueve sin mí, Legolias.

¿Se conocían? Así que era el famoso Legolias ¡claro que sí! Myrcella me había hablado alguna vez de él, de hecho era el archi enemigo de Ethan, por algún motivo que desconozco.

Me posicione entre ellos y puse una mano en el pecho de Legolias empujándolo.

- No te atrevas a tocar al rey o te arrancaré la cabeza.- Lo señalé con el dedo.

La ira brotó por todo mí cuerpo, de pronto el viento comenzó a agitarse violentamente, algunas nubes que no estaban aparecieron.

El brujo me observó con desprecio y dio un paso hacia atrás y desvío la vista al cielo.

- Interesante...- Susurró para sí mismo.- Bien entonces, arreglarás cuentas con Zunilda porque ningún humano puede ir.

- Que así sea.- Lo desafíe.

Con un leve movimiento de su mano creó un camino que se abrió hacia las profundidades del bosque, sin decir nada más se adelantó, comenzamos a avanzar, pero dejamos a los caballos en el camino para el regreso.

El rostro de Zackary era una máscara indescifrable, sus ojos estaban fijos en la espalda del brujo y se pegó a mí lado sin dejar de estar en alerta.

- Yo también mataré a quien te toque uno solo de tus cabellos plateados.- Me susurró en la oreja, sin dejar de mirar al frente.

Pude sentir el calor en mis mejillas, algo en mí estómago me hizo cosquillas y no pude evitar sonreír.

- ¿De dónde conoces a Legolias?- Pregunté con el ceño fruncido hacía el brujo, mí voz era apenas un susurro.

- Me lo he cruzado varias veces en el sur, ignoro que hacía allí, aunque no confío en él, el tipo tiene amistades cuestionables.

Asentí, no me parecía que Zackary estuviera errado, parecía ser una persona muy correcta y justa, y por otro lado Ethan odiaba al brujo, seguramente tenía una buena razón.

Seguimos un buen tramo caminando, hasta que al final dimos con un enorme prado rodeado de piedras enormes, algunas más grandes que otras, estaba lleno de pequeñas flores y mucho verde.

La pureza del aire fue instantánea, la forma en que entraba en los pulmones hacía sentir que purificaba el cuerpo y alma, era una combinación exquisita de especias, flores y olor a lluvia, aunque claramente no llovía.

Observé a Zackary y estaba tan maravillado como yo, observaba mas allá de límites y seguí la dirección de sus ojos.

Santo Dios.

Había oído historias pero jamás los había vistos, y de hecho habían pasado décadas del último avistamiento, es más, los creía extintos.

Al menos 10 centauros aparecieron desde los límites del prado, sentí como una enorme sonrisa se desplegó en mí rostro, no podía evitarlo, la magia no dejaba de sorprenderme, cuando creía que había leído o escuchado mucho, cosas maravillosas como estás sucedían.

Mí corazón se llenó de emoción, sentía mis mejillas húmedas, en algún momento Legolias se había acercado a mí y me miraba con una expresión indescifrable.

- Son seres increíbles.- Dijo observando como se acercaban poco a poco a nosotros.

- Esto...- La voz de Zackary era un susurro.

- Es real.- Dije y tomé su hombro, ambos nos miramos incapaces de procesar lo que estaba sucediendo.

Los centauros se fueron abriendo paso para dar lugar a algo más.

Alguien más.

Zunilda Blanco, quien había desaparecido del Reino Blanco al retirarse, apareció en todo su esplendor frente a nosotros, y junto con ella, una enorme manada de lobos blancos con dientes enormes dispuestos a todo.

Fresias y coronas. (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora