Fresias y coronas. (Libro 1)

Capítulo 9.

Eileen.

Azul contra gris.

- El príncipe Zackary Hellwitch ¿Se puede saber porque esta aquí?- La gélida voz del joven la asusto, y su imagen eran tan intimidante como hermosa.

El cabello oscuro y revuelto, los ojos más azules que había visto jamás, y unas facciones duras pero tan preciosas como él solo, y su ropa era tan oscura como la noche. Eileen se pregunto cuántos suspiros se robaría tan solo con existir... definitivamente debería prohibirse tanta belleza y autoridad al mismo tiempo, sino cualquiera podría sucumbir ante él.

- Disculpe, yo oí un grito que vino desde aquí.- Explico alzando su barbilla, ese chico tan apuesto no iba a intimidarla- Decidí entrar y ver si alguien necesitaba ayuda.

- ¿Qué clase de mentira es esa señorita?- Le dijo arqueando una ceja. Aunque muy en el fondo Zack sabía que decía la verdad, ya que el mismo oyó el grito, pero no olvidaba que había engañado a Robert.

- No es mentira príncipe, no tengo manera de probarlo, pero oí un grito justo antes de entrar al baile.- Explico con poca paciencia.

- No me refiero a eso, usted fingió estar lastimada, y mi mayordomo personal corrió en busca de un kit de primeros auxilios.- En otro contexto Zack se partiría de la risa al verle el rostro de sorpresa al descubrir su engaño, era curioso pero le parecía que la joven era bastante fácil de leer.

Eileen abrió y cerró la boca tratando de resolver su engaño, pero le resultaba bastante difícil con el príncipe mirándola con tanta atención y esos demoledores ojos azules capaces de ver a través de ella.

Azul sobre gris, su mirada la aplastaba.

"No me gusta nada" Pensó con rabia. "quien se cree es? A mí nadie me intimida"

- No voy a negarlo, no estoy lastimada.- Se limito a decir con suficiencia.

- ¿Y entonces? ¿Cree que es suficiente? Usted no debería estar aquí, por algo hay un guardia en la entrada.- La bruja le estaba haciendo perder la paciencia.

- Entonces espero que acepte mis disculpas, pero no lo siento en absoluto, escuche a alguien gritar, y no puedo no ayudar.- La voz firme y desafiante de Eileen hizo que Zackary cuente hasta diez y resoplara- Vaya... usted no está acostumbrado a que le lleven la contraria ¿no?

El rostro de la bruja era de pura diversión, ¿Cómo demonios termino siendo el bufón de una bruja? ¿Quién se cree que era para burlarse de el? En otra circunstancia le hubiese ensenado a la bruja con quien hablaba, se le ocurrían algunas cosas, aunque curiosamente, no eran necesariamente crueles, y eso lo puso aun más de mal humor.

Le devolvió una gélida sonrisa y se acerco un paso hacia a ella, pero para su sorpresa la joven no retrocedió un milímetro y alzo la barbilla expectante.

- Le pedirá disculpas al mayordomo, y no tengo idea que ha escuchado, lo que haya sido, claramente ya no está.

Ella desvió la mirada en dirección al norte.

- Lo digo en serio, algo ha sucedido en alguna parte de su castillo.- Los ojos grises de ella estaban llenos de preocupación, ¿pero cómo era posible que se preocupe por ellos? Seguro era una trampa.

- Debería irse a bailar, y no entrometerse en cosas que no le importan.- Contesto el con desdén.

- Usted es insufrible.