Capítulo 41: Hogar

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- Debemos ir a despedirnos con los McCrory antes de volver.

- No será necesario - dice despreocupado.

- ¿A qué se refiere?

- Fuimos a verlos con Chan a primera hora, luego se fue al aeropuerto a tomar su vuelo, tuvo un problema con su negocio, por lo que se tuvo que ir de urgencia.

- Oh, ya veo, espero que se solucione - él sólo sonríe y yo lamento no haber tenido la oportunidad de despedirme como corresponde - le envió saludos.

Asiento en respuesta y él parece algo incómodo.

- ¿Sólo eso? por qué luce como si me ocultara algo.

- Realmente dijo que desea que algún día reconsidere trabajar con él.

Me quedo pensando en sus palabras, mi corazón se infla en mi pecho, no creyendo por completo lo que dice.

- Le dije que no tenía permitido dejarnos - se encoje de hombros.

- No diga eso - cubro mis mejillas con las manos, tratando de que no se dé cuenta de mi timidez o no dejará de molestarme con eso.

- No dudes de tus capacidades Eunji, alguien más que nosotros es consciente de ellas, te felicito.

Sus palabras me hacen sonrojar más, por lo que desvío mi atención a mi objetivo de hoy.

- ¿Qué tal? - modelo la gorra típica del turista "I Love Londres" con un corazón en medio.

- ¿Es en serio? - intenta contener la risa fallando en el intento.

- Es un ritual, debo comprar algo vergonzoso - niega con la cabeza mientras ríe por mi vergonzosa elección de recuerdos - quiero dos, por favor.

Recibo feliz mi compra y luego de pagar, continuamos caminando.

- ¿Dos?

- Mi regalo para Innie - hago el intento de guardarla, sin embargo, me quita una gorra y antes de que pueda protestar, acomoda su cabello y la usa.

- También necesito algo vergonzoso - sonríe travieso y me guiña un ojo - tendrá que buscar algo más.

Me quedo inmóvil frente a él ¿estaba loco, o acaso pretendía llevar gorras a juego?

Fue imposible no sonrojarme ante este pensamiento.

Es sólo una gorra, no es algo de parejas, Eunji.

- ¿Qué? ¿Me veo horrendo?

Niego en respuesta, cómo podría verse mal si parece un dios griego que ama Londres.

- Entonces no me mire así - se acerca a mi rostro a escasos centímetros de que nuestros labios se tocasen.

- ¿Así cómo? - trago fuerte y su sensual sonrisa de siempre, está ahí, consciente del efecto que tiene sobre mí.

- Como si quisiera que la besara delante de toda esta gente.

- No podría - decido entrar en su juego, ocultando lo nerviosa que estoy.

- ¿Qué le hace pensar eso? - alza una ceja desafiante.

Toda nuestra relación siempre se basó en cuatro paredes, nunca una demostración de afecto en público, esto es algo nuevo, y él parece no notar la diferencia, mientras que mi corazón se hinchaba en mi pecho.

- Sería inapropiado - me excuso simplemente, sosteniendo su mirada.

A cada segundo sentía la sangre subir a mi rostro.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora