Si cualquier persona le preguntara cuál era su momento favorito, definitivamente era ese, ver dormir a su esposa cuando comenzaba a amanecer y sus espesas pestañas se iluminaban escasamente por la incipiente luz del sol que indicaba un nuevo día, una nueva oportunidad para aferrarse a lo más hermoso que alguna vez pudo imaginar: entregarse en cuerpo y alma a otra persona por amor.
No había un sólo día en sus dos años de casados en el que no se sintiera afortunado y valiente por decidir cambiar su destino.
Como cada mañana se levantó para ir a visitar el centro de ayuda comunitaria y comprobar que todo estuviera en orden, ya que, en unos pocos días abriría en Gimpo, uno de sus sueños desde siempre y que ahora compartía con Eunji, quien descubrió su pasión por la docencia en el proceso.
Al regresar a casa apenas entró lo recibió Dori y Leebit quienes disfrutaban acostarse sobre los zapatos que dejaban en la entrada, no por nada eran los más pequeños, igualmente juguetones y compañeros de aventuras.
Minho entró y después de saludarlos con leves caricias se encontró con los otros dos felinos mayores que dormían acurrucados en un rincón.
No fue necesario buscarla para dar con ella, como siempre se le adelantaba.
- Yo haré la cena, cariño - amablemente tomó su mano y quitó el cuchillo para ocuparse, dejando un beso en su mejilla en el acto.
- Pero quiero hacerlo.
- Tal vez otro día - dijo simplemente mientras lavaba sus manos y enseguida ocuparse en su labor.
- Eso dijiste la última vez. Comienzo a creer que cocino fatal y te ves en la obligación de comer lo que hago para ti.
Eunji cruzó sus brazos en signo de protesta, pero no logró su cometido.
- No necesitas cocinar mientras me tengas a mí - dijo con una sonrisa mientras dejaba un delicado beso en sus labios.
Personalmente le gustaba cocinar, era su forma de entregar amor y si Eunji se lo quitaba, le ponía todo más difícil. Dedicar tiempo para hacer algo que puedan compartir juntos y verla disfrutar cada bocado le llenaba de regocijo.
- Me conviertes en una inútil.
Envuelve sus brazos en la cintura de su esposo mientras él corta las verduras con destreza.
- Eres buena en muchas cosas, sólo deja esto para mí. Estuve viendo una receta que me gustaría que probaras.
Se sentía feliz de saber que Minho pensaba en ella en algún momento de su día, por lo que entendía que era su voluntad que las cosas fueran así, pero no se rendiría.
- En ese caso haré el postre.
Eunji ambientó con algo de música y comenzó su labor moviéndose en la amplia cocina con destreza mientras buscaba todo lo necesario. Sabía que, al final demoraría mucho más que Minho allí.
- ¿Te ayudo en algo? - ofreció apenas dejó el cordero en el horno y ya que las verduras se cocinaban a fuego lento, sólo quedaba esperar para cenar.
- Justo ahora necesito algo de azúcar.
Eunji con paciencia comenzó a preparar el caramelo con maestría. Solía hacer pudín con frecuencia últimamente y ya dominaba el punto justo de la preparación. Sin ningún reparo, un par de ojos se posaban en ella, sólo admirando su concentración cuando hacía algo, tanta como para no ser consciente del entorno. Le gustaban esos momentos furtivos para centrar su atención en su esposa, le encantaba su melena y cómo esta dejaba libre la vista de su cuello, la forma en la que cada movimiento dejaba ver sus hermosas y suaves facciones.
ESTÁS LEYENDO
Limbo - Lee Know
FanfictionA Lee Minho nunca le han faltado las mujeres, pero cuando se enamoró de Migyung, no quiso formalizar con nadie, ya que ninguna lograba despertar lo que ella con sólo una sonrisa. A pesar de que ella estaba casada con su amigo Jisung, aún la amaba, a...