- Tengo que volver.
Ya olvidé cuántas veces le repetía a Minho lo mismo convenciéndolo que no podemos estar eternamente aquí.
- ¿Tan pronto? han pasado... ¿cuatro días? - dice en mi cuello y su aliento cosquillea en mi piel.
- Lo sé, pero no tengo más ropa para cambiarme.
- No la necesitas - levanta la mirada con una sonrisa traviesa - tengo todo lo que necesitas aquí y justamente la ropa no es un problema.
Sus palabras fueron confirmadas por el suave roce de sus manos subiendo por mi vientre, dispuesto a trazar su propio camino en mi cuerpo.
- Debo ir al fisioterapeuta por mis ejercicios se-semanales - ahogo un gemido al sentir sus labios en mi vientre.
Minho se sobresalta deteniendo su acción de inmediato.
- ¿Cuándo es?
- El lunes.
- Tenemos tiempo, nos iremos mañana.
No puedo contener la sonrisa al verlo preocupado, es tan dulce.
- ¿Qué es gracioso? - dice ofendido y yo niego en respuesta, mordiendo mis labios para no reír.
- Nada, en absoluto.
- ¿Entonces, por qué te ríes?
Me jala bajo su imponente cuerpo, como si con esa simple acción pudiera despertar algo más que ternura en mí.
- Sólo pensaba que el señor Lee resultó ser todo lo que siempre supe.
- ¿Y eso que sería? - frunce el ceño estudiándome con la mirada.
- Eres preocupado, dedicado, sensible, profundamente empático y el hombre más dulce que he conocido - me acerco a él y dejo un tierno beso en sus labios bajo la confusión de su semblante - toda una sorpresa para quien se muestra siempre inalterable.
- ¿Eso pensabas de mí?
- No precisamente - lo pincho un poco, siempre era él quien lograba provocarme hasta el cansancio y usar sus armas en su contra se sentía... satisfactorio.
- Estás jugando.
Me encojo de hombros desentendiéndome de su acusación fingiendo inocencia.
- Tal vez.
De un momento a otro tomó mi cintura y de un movimiento quedé a horcadas sobre él. Su cabello me llamaba y lo siento, mis manos anhelan su textura sedosa entre mis dedos que lo es todo, y la forma en cómo se inclina hacia mi toque, como un felino que se deja mimar.
- Te amo.
Días después ambos volvimos a Seúl.
Por opción propia me dio unos días en casa para ordenar mi vida, volver a estar juntos fue tan repentino y al mismo tiempo lograba abrumarme el hecho de sentir tanto y mentiría si dijera que no tenía miedo, por lo que un poco de distancia sería bueno para hacer las cosas bien.
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Limbo - Lee Know
FanfictionA Lee Minho nunca le han faltado las mujeres, pero cuando se enamoró de Migyung, no quiso formalizar con nadie, ya que ninguna lograba despertar lo que ella con sólo una sonrisa. A pesar de que ella estaba casada con su amigo Jisung, aún la amaba, a...