Parte 15 - Final

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- Tengo que volver.

Ya olvidé cuántas veces le repetía a Minho lo mismo convenciéndolo que no podemos estar eternamente aquí.

- ¿Tan pronto? han pasado... ¿cuatro días? - dice en mi cuello y su aliento cosquillea en mi piel.

- Lo sé, pero no tengo más ropa para cambiarme.

- No la necesitas - levanta la mirada con una sonrisa traviesa - tengo todo lo que necesitas aquí y justamente la ropa no es un problema.

Sus palabras fueron confirmadas por el suave roce de sus manos subiendo por mi vientre, dispuesto a trazar su propio camino en mi cuerpo.

- Debo ir al fisioterapeuta por mis ejercicios se-semanales - ahogo un gemido al sentir sus labios en mi vientre.

Minho se sobresalta deteniendo su acción de inmediato.

- ¿Cuándo es?

- El lunes.

- Tenemos tiempo, nos iremos mañana.

No puedo contener la sonrisa al verlo preocupado, es tan dulce.

- ¿Qué es gracioso? - dice ofendido y yo niego en respuesta, mordiendo mis labios para no reír.

- Nada, en absoluto.

- ¿Entonces, por qué te ríes?

Me jala bajo su imponente cuerpo, como si con esa simple acción pudiera despertar algo más que ternura en mí.

- Sólo pensaba que el señor Lee resultó ser todo lo que siempre supe.

- ¿Y eso que sería? - frunce el ceño estudiándome con la mirada.

- Eres preocupado, dedicado, sensible, profundamente empático y el hombre más dulce que he conocido - me acerco a él y dejo un tierno beso en sus labios bajo la confusión de su semblante - toda una sorpresa para quien se muestra siempre inalterable.

- ¿Eso pensabas de mí?

- No precisamente - lo pincho un poco, siempre era él quien lograba provocarme hasta el cansancio y usar sus armas en su contra se sentía... satisfactorio.

- Estás jugando.

Me encojo de hombros desentendiéndome de su acusación fingiendo inocencia.

- Tal vez.

De un momento a otro tomó mi cintura y de un movimiento quedé a horcadas sobre él. Su cabello me llamaba y lo siento, mis manos anhelan su textura sedosa entre mis dedos que lo es todo, y la forma en cómo se inclina hacia mi toque, como un felino que se deja mimar.

- Te amo.

Días después ambos volvimos a Seúl

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Días después ambos volvimos a Seúl.

Por opción propia me dio unos días en casa para ordenar mi vida, volver a estar juntos fue tan repentino y al mismo tiempo lograba abrumarme el hecho de sentir tanto y mentiría si dijera que no tenía miedo, por lo que un poco de distancia sería bueno para hacer las cosas bien.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora