Capítulo 47: Sólo sexo

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Bajo a la cocina como indicó Migyung y allí estaban los tres.

Minho prueba las galletas dispuestas en la mesa, y me encuentro con una mirada juguetona que se posa en mí.


De un movimiento certero apoya mi espalda en el frío azulejo de la pared, provoca un gemido por el contraste de la temperatura con su cálido cuerpo.

Su lengua ávida encuentra el ritmo al unirse con la mía, en una lucha de provocación mutua, la forma de moverse, empujando su más que erecto miembro contra mi pelvis en una provocación superficial ocasiona en mí pequeños espasmos de placer de anticipación.

- Minho, no creo que sea buena idea - intento razonar, esperando que, sea la voz de la cordura, aunque lo último que deseo en estos momentos sería que parase.

- ¿Estás segura? - este se aparta de mis labios sólo para bajar su mano lentamente por mi torso, hasta acunar mi vulva en la palma de su mano - ¿Por qué tu cuerpo dice todo lo contrario?

Los movimientos circulares no se hacen esperar, sus dedos se abren espacio entre mis pliegues y un gemido agudo sale de mi garganta.

- Shhh nena, nos van a oír - muerde mi labio inferior con algo de fuerza, contrastando el dolor con el placer.

Me aferro a su cabello, que no dejaba de gotear por la caída incesante del chorro de agua en su espalda, mientras que, con la otra mano masturbo su longitud, pasando mi pulgar por la punta chorreante de su glande, llevando sus fluidos a mis labios para probar su sabor, provocándolo mientras este mordía sus labios con pasión contenida, observando mi acción.

Sin aviso, introdujo tres dedos en mi interior, mientras me deshago de placer entre sus brazos.

En un movimiento rápido, levanta mi pierna para apoyarla en su brazo y tener más acceso, sin embargo, toqué algo y de la nada agua fría caía sobre nosotros.

- ¡Ah! ¡Minho! - me alejo como puedo al otro extremo de la ducha.

- ¡Mierda mierda mierda! - estira sus brazos alcanzando a ciegas la regadera, logrando apagarla.

Ambos nos miramos de los dos extremos y reímos por lo absurdo de la situación.

- Maldición - mira hacia abajo, al primer soldado en abandonar la batalla por el imprevisto y yo sólo puedo reír.

- Era una mala idea - me apoyo en el azulejo de la pared, con el cabello empapado y al igual que él, pensando que el pequeño accidente lo arruinó todo.

- Es una excelente idea, pero en el lugar incorrecto.


- Eunji ¿te gusta el agua fría o caliente?

- El agua fría lo arruina todo - suelto sin más y Migyung asiente.

Minho se atora con su café por la mención del momento hace sólo unos minutos atrás.

- ¿Está bien, señor Lee? - palmeo su espalda y este intenta contener una sonrisa.

- Muchas gracias - dice sin más.

- Odio las formalidades, menos si estamos en mi casa - nos apunta con una cuchara, como si estuviera presentando a dos desconocidos - Minho, Eunji.

Ríe dando a entender que no hay lugar para objetar.

- Sabes que soy una persona muy formal, Yunggie.

- ¡Ay que mentiroso! - lo expone esta - ¿acaso no recuerdas en la secundaria cuando tenías problemas de autoridad? Su madre sufrió mucho por su rebeldía.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora