Capítulo 23: Impulsos

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Me despierto a la misma hora que lo hago para ir a trabajar, aunque apagué la alarma, mi reloj biológico ya está programado para comenzar mi día a esta hora.

Estuve todo el fin de semana demasiado ofuscada por toda la situación, pero no podía seguir dedicarle más pensamientos al que, hasta hace unos días, era mi jefe.

Ya que.

- De nada sirve lamentarse de lo que ya está hecho - hago a un lado a mi pequeño que duerme a un costado de mi rostro, con calma para no despertarlo - quisiera ser como tú - lo cubro con su mantita y deposito un corto beso en su pelaje blanco - claro que preferiblemente querría una dueña con empleo.

Me ducho y me maquillo para ir a la universidad, debo ir a buscar las invitaciones para la ceremonia donde me entregarán mi certificado oficial, ya que sería dentro de un mes. Dentro de todo, agradecía ahora el tiempo para hacerlo y confirmar la fecha con mis padres para que se programen con anticipación para viajar.

Al ver mi armario, no encuentro mis playeras que uso a diario, ya que, en el arranque de furia de las chicas, entre mi hermana y Momo, se deshicieron de ellas. Debía recordarles que me deben compensar por ello.

Cojo una franela blanca con jeans negros, zapatillas sencillas y un abrigo. Tomo mi bolso para salir, cuando choco con alguien al abrir la puerta y me quedo de una pieza al ver una ligera sonrisa en su perfecto rostro, capaz de derretir mis peores pensamientos hacia su persona.

- Se... ñor Lee - consigo decir apenas, sorprendida de que esté allí.

- Eunji - me escanea de pies a cabeza, pero no dice nada.

Inhale profundo, calmando mi pulso acelerado por ese gesto tan simple.

- ¿Qué hace aquí? - cuestiono, aunque es obvio.

- ¿Puedo pasar? Prometo ser breve.

Asiento, me tomó realmente de sorpresa su visita.

- Lo escucho - cruzo los brazos en mi regazo, poniendo una barrera invisible entre los dos.

- Resulta que una extraña carta sobre mi escritorio me esperaba esta mañana. Si me preguntas, hubiese preferido que tuviese algún tipo de invitación o algunos dibujos, pero era algo aburrida - dice mientras abre el sobre dejando sobre la mesa mi carta de renuncia y su cheque hecho añicos.

- Lamento que mi renuncia no le alegre - sonrío para mis adentros por decirle indirectamente que se joda, él, su novia y su dinero.

- No lo entendí entonces, pero vengo a disculparme por mi actuar, esperando que reconsideres tu decisión - agrega serio, midiendo mi reacción.

- No creo que sea posible señor.

- ¿Por qué no?

- No trabajaré en un sitio donde mi jefe crea que puede poner un precio a mi lealtad por... lo que pasó - carraspeo un poco incómoda. Estar en mi casa a solas con él hablando de que lo vi teniendo sexo no es muy conveniente sabiendo que me jode al mismo tiempo - no le diré a nadie sobre su novia.

- Hay que aclarar ciertas cosas y separar las aguas - se acerca a mí indicando con sus dedos - Primero: yo no tengo novia - dice firme y mi corazón da un vuelco, y un destello de esperanza me ilumina de pronto, muerdo mis mejillas internamente, controlando mi reacción.

- Ese no es mi asunto, señor - mis palabras suenan más duras de lo que pretendo y él parece notarlo ya que intenta contener una sonrisa victoriosa, fallando en el acto.

- Quería aclararlo de todas formas - añade serio, pero en sus ojos veo que esta situación le hace gracia, lo que me ofusca aún más - y segundo: este es un asunto netamente personal, no tiene nada que ver con tu trabajo Eunji, puedes no estar de acuerdo en cómo manejo las cosas como hombre, pero mi puesto en la Editorial, es otro asunto muy distinto.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora