Parte 14

551 46 20
                                    

Me cogió en sus brazos para entrar a la cabaña, lo único que importa ahora somos nosotros.

Sus manos me toman con firmeza, una de ellas descansa en mi espalda acercándonos más y su contacto quema a través de la tela.

Me aferro a su camisa en busca de estabilidad, el choque de nuestras lenguas apenas y es un toque sutil, tan ligero que no podría llamarlo siquiera un beso, pero me tenía allí, sedienta de él. Minho nubla mis sentidos de una forma que tal vez nunca logre entender, pero no necesito hacerlo, ya no.

- Minho... - susurro al sentir su lengua trazar la forma de mis labios dejando su humedad.

- Tus labios - susurra repitiendo tortuosamente lento su movimiento una y otra vez, el escalofrío de su aliento es jodidamente estimulante, la anticipación se centra en mi vientre bajo - tu sabor único. Delicioso...

- Bésame, por favor - le pido.

Me estremezco entre sus brazos deseando más, pero se aparta, sólo lo suficiente para encontrar sus orbes castaños que se oscurecen en intensidad.

- Quiero adorarte - deja una leve caricia en mi mejilla - estuve demasiado tiempo conteniéndome a mí mismo y justo ahora quiero tomarme mi tiempo, saborear cada parte de ti, aún cuando no sea suficiente.

"Tenemos todo el tiempo del mundo para eso, justo ahora te necesito" pensé, pero las palabras se perdieron en algún lugar en mi mente cuando reparte besos en mis mejillas con mimo, y le dejo hacer, jalo su camisa acercándolo más cuando se pierde en mi cuello, su lengua y su cálido aliento en mi piel trazan su propio camino en mi cuerpo.

Enredo mis manos en las sedosas hebras de su cabello en un intento de contener mis impulsos de fundirme en él. Nuestra respiración es errática y aun así no me da tregua, poco a poco el aire se siente pesado, sus caricias medidas me tienen al borde de la locura.

Cuando se alejó me sentí desorientada, pero bastó con encontrar el deseo ferviente en su mirada para hacerme perder la pizca de cordura que había en mí, me deshice de mi sweater y camiseta, para verlo desabotonar su camisa, seguí el movimiento de sus hábiles dedos dándome una vista del tonificado abdomen del hombre frente a mí, de alguna forma estos meses se sintieron una eternidad, el torbellino de sensaciones que desata en mi cuerpo sin siquiera tocarme es el recuerdo del tiempo pasado, la memoria de todas las noches que compartimos juntos, sin embargo, sólo llegué a la conclusión que se hizo más fuerte.

El impulso fue tan grande que no tuve que pensar en aventarme a sus brazos cuando ya estaba en ellos, esta vez sí nos besamos, sentir su piel contra la mía es un sueño, deseo, pero no sólo eso, es amor.

Sentí sus besos hambrientos en cada parte de mi cuerpo, sus labios vagaron por mi piel, no creí sentir tanto placer por un beso en mis antebrazos, nuevas sensaciones que aprendo con él. Deslizó el brasier por mis hombros y se apoderó de mis pechos en sus manos, besos en cada centímetro de piel en ellos y gemí una y otra vez cuando pasó su lengua despreocupadamente por mi pezón.

- ¡Oh, Dios!

Calor sofocante fluye por todo mi cuerpo.

La morbosa imagen de su lengua envolver mi pezón atrapando su oscura mirada con la mía dejando un rastro de obscena humedad me llevó al borde del abismo y él lo sabe, siempre parecía conocer mis límites y justo ahora no tenía ninguno, tan entregada como nunca antes a lo cual aprovecha al mordisquear mi pezón mientras tira del otro con sus dedos.

- Mi-minho... - intenté gritar, pero mi garganta seca y la fuerza que me fue arrebatada lo impidieron, empujé su rostro más cerca mientras me sacudo en sus brazos, el deseo arde en mi piel erizada, demasiado sensible a cualquier estímulo y tenía suficiente, la oleada de placer se alojó en mi intimidad húmeda, ansiosa por más.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora