Parte 2

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Otra semana más pasó y por fin conseguimos un buen negocio, me voy a casa con la esperanza en que cada día siga mejorando todo, el panorama de pronto no era tan negro y nos ofrecía una salida.

Visto la ropa de gimnasio y una sudadera cómoda, dispuesto a empezar el entrenamiento las horas que fuesen necesarias hasta sentirme más tranquilo, tal vez si hacía ejercicio suficiente, tendría más claridad en mis pensamientos.

Me dispongo a salir, abriendo la puerta, cuando una presencia femenina bloquea mi paso.

- Yunggie ¿Qué haces aquí?

- Lo siento, debí avisar - me observa apenada al darse cuenta que iba de salida.

- No es cierto, sabes que eres bienvenida cuando quieras, entra.

Obedece algo dubitativa, e intento relajar el ambiente, si había algo que quisiera decir, debía sentirse cómoda primero.

- ¿Quieres algo para beber?

- No puedo beber nada, ni siquiera café así que no te preocupes, estoy bien - intenta sonreír, pero en cambio, sólo muestra una mueca algo extraña, parecía que en cualquier momento explotaría.

- Pues no te ves bien - dejo un vaso de agua a un lado y ambos nos sentamos en el sofá.

- No tiene importancia, es sólo que... - Migyung apoya su cabeza en mi hombro con pesar, me quedo inmóvil hasta que la escucho sollozar. Ver a las personas llorar no era algo que me gustara, y mucho menos a ella, se me encogía el corazón.

- Lo siento Minino, yo... no sabía dónde ir - se disculpa entre lágrimas y no podía hacer más que arroparla entre mis brazos.

- Hey, no te disculpes por venir, somos amigos ¿Lo recuerdas? - intento consolarla, a pesar de que los dos tenemos una vida por separado, siempre querría que viniese a mí cuando lo necesitara.

Esconde su rostro en mi pecho y cierro los ojos para guardar este momento en mi mente, pero por alguna razón me sentía ajeno, el dulce aroma floral que esperaba, nunca llegó, en cambio un aroma distinto me descolocó.

Intenté disipar todo tipo de pensamientos en este momento, centrándome en Migyung, ella me necesitaba, si quería apoyo o contención, siempre me tendría. Esta levanta la mirada fijándola en mí. Soy incapaz de hacer o decir algo por lo irreal de la situación, la chica que siempre he amado a pocos centímetros de mi rostro y en lo único que podía pensar era en besarla.

A la mierda todo.

Acorto la distancia, dejando que ella sea quien se acerque, lo cual hace y cierro los ojos, anhelando su contacto. Su aliento se mezcla con el mío y en un toque suave nuestros labios rozan, busco más cercanía, ansioso por sentir su sabor, pero la sorpresa llega en la forma más inesperada.

Nada.

Fresa, mi favorito, no estaba ahí, no está esa emoción que recordaba de aquella vez, sólo una sensación en el estómago que impide relajarme, no se supone que deba sentirme así.

Me separo de ella, demasiado confundido ¿Qué mierda me pasaba?

- Lo siento yo... no puedo hacerlo - me disculpo cerrando los ojos con pesar, esto no debe ser cierto.

No deseaba a Migyung, anhelaba los labios que se convirtieron en mi refugio en noches llenas de esperanzas, en días pasados. Los labios que me tocaron no eran los de ella.

Me jodiste, Eunji.

- Y-yo lo siento - salta del sofá y camina por todos lados como si la respuesta de todo estuviera escondida en algún rincón y se empeñara en encontrarla - no debí hacerlo.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora