Capítulo 43: Tensión

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Suelto un gritito al ser acorralada contra la puerta por la personificación de mis deseos más carnales.

- ¿No creerá que puede mandarme esa foto y pensar que no haré nada? - con sus manos aparta mi bata - esto sobra.

Quedo frente a él en la hermosa lencería que lucí en la foto que le envié hace un rato, la oscuridad de su mirada que recorría mi cuerpo sin una gota de pudor me estimula de sobre manera.

Conectamos miradas, aumentando la tensión entre nosotros.

- Me encanta como reaccionas a mí - susurra contra mi oído y su aliento me estremece.

- No pensé que vendrías - jadeo.

- No podía perderme esto - busca mi mirada y con un toque suave acuna mi mejilla - eres hermosa.

Sus palabras me emocionan más allá de lo que puedo expresar, no mira mi cuerpo, me ve a los ojos.

Siento mi corazón palpitar desbocado, y soy consciente que puede sentirlo, ya que desciende su mano por mi cuello y se detiene sobre mi pecho izquierdo, jamás me sentí tan expuesta.

Se acerca atrapando mis labios en un beso suave, toma mi cuello empujándome hacía él, guiando el movimiento experto de su boca contra la mía.

Apoyo mis manos en su pecho, sintiendo su fuerte torso sobre la delgada tela de su camisa, y al igual que yo, puedo sentir su corazón latir a toda velocidad.

¿Estará excitado o se siente igual que yo? quizás ambas.

Me aparto de él, conectando con sus oscuros ojos almendrados, en los que me pierdo cada vez, buscando la confirmación de que no estoy loca, que esta conexión que tenemos es significativa, tanto para mí, como para él, que es imposible desear tanto a alguien cuando lo tienes contigo, pero antes que pueda descifrar con su cuerpo, lo que su boca calla, oculta su rostro en mi cuello.

Ninguno dice nada, sólo enredo mis dedos en la suavidad de su cabello, mientras sus labios trazan un camino hacia mis pechos.

El deseo de sentir su cuerpo, su piel contra la mía, nubla mis sentidos. Sus manos recorren mi cuerpo deliberadamente, dejando caricias en cada centímetro moldeado con sus fuertes manos.

En un movimiento rápido me levanta y nos lleva al cuarto.

Todo es una estimulación, el sonido de nuestros labios chocando, la respiración agitada, y gemidos inundan la habitación. Se acomoda en la orilla de la cama y me deja de pie frente a él, su lengua juguetea en mis pezones vestidos tras mi brasier y lo cojo del cabello, guiando su acción, entre gemidos y pequeños espasmos de placer.

Quita mi brasier con mimo y baja sus labios por mi vientre, chocamos miradas cuando saca su lengua y recorre el camino hacia mi cadera y con los dientes desata el lazo de mis bragas. Una corriente de excitación se aloja en mi vientre bajo, de anticipación, la cual se intensifica cuando hace lo mismo con el otro extremo del lazo y ayudo a que mis bragas caigan al suelo, quedando sólo en medias portaligas frente a él.

Se levanta, y quita todas sus prendas, las cuales reparte por toda la habitación, y cuando queda desnudo no puedo evitar rendirme ante el goce de ver su cuerpo totalmente expuesto, su pene palpitante, la punta desprende un brillo de líquido pre seminal por los juegos previos y lo único que deseo es escucharlo gemir de placer bajo mi cuerpo.

Me subo a horcadas sobre él, sentándome sobre sus fuertes y gruesos muslos, incapaz de aguantar las ansias que siento, ubico su miembro en mi entrada y sin más me penetro hasta el fondo. Cada fibra de mi ser se estremece al ser invadida por él, su agarre firme en mi cintura, cuando ambos jadeamos por mi acción. Mis pezones rozan la piel desnuda de su tonificado pecho y la fricción se siente exquisita.

Limbo - Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora