Regan
Joseph y yo pasamos por Dani a su casa, la suya estaba, literalmente, a cuatro casas de la mía.
Joseph se había puesto un pantalón, una camiseta negra con el logo de una banda que ni siquiera él sabía cuál era. Iba peinado, busqué en mis adentros alguna persona que le gustase.
No, no encontré a nadie.
—Oye, ¿quién es la que te gusta?
Joseph dejó de observar sus zapatos para mirarme.
—¿Mmjm? Nadie, no me gusta nadie.
—Bueno.
Me encogí de hombros, restándole importancia.
No obstante, Joseph no se resistió.
—O sea, si hay alguien. Bueno, hay alguien que creo que me gusta, es una chica.
Asentí con la cabeza.
—Bueno, eso bueno, comías mucha papaya.
—Si, y... Creo que vendrá, si la veo, te la presentaré.
—Va.
Llegamos a casa de Daniel y los tres nos subimos a un taxi para que nos llevara a la casa de Álvaro.
Álvaro era un buen compañero, honestamente, no lo consideraba un amigo. Álvaro no era un tipo inteligente y responsable, era más bien el tipo de persona que no le importaban mucho las calificaciones.
Más tarde, cuando llegamos a la casa de Álvaro; Vanesa nos recibió con una enorme sonrisa. Me rodeó el cuello y me plantó un beso en la mejilla.
—Vaya, hoy hueles muy bien. —El aliento a cerveza invadió mi nariz. Alejé la cabeza.
—Debo de oler bien para atraer a las nenas —le guiñé el ojo.
Vane soltó una risa nerviosa y de poco a poco se fue alejando de mí.
Todos estaban en la terraza, estaba Viviana, Álvaro, un tipo que no sabía quién era, la chica con la que hablaba con Joseph hace un rato, Vanesa, y otros tipos que no tenía idea de quiénes eran.
Fui a saludar a Álvaro, chocamos la mano y él me señaló al tipo que estaba sentado a su lado.
—Este es Andrés, el que visita a las chicas cada mes —se acerca, como si lo que fuera a decir solo pudiera escucharlo yo—: Me hizo el favor de traer un poco de marihuana.
Desvíe mi mirada hacía el tipo, asentí con la cabeza sin decir nada.
Fui a la mesa y me serví refresco en un vaso.
—Regan, Regan... esa es de quién te hablé hace un rato.
Me señaló a una güerita con shorts cortos y un top de mangas cortas color negro. Hablaba con otro chico, los dos parecían estar cagándose de risa.
—¿Cómo se llama?
—Eh... Lesley, va en el 506. Y ese de ahí es Nicolás, siempre están juntos. Eso me dijeron.
—Eso no importa —dije, sin dejar de mirarlos—, tú háblale, da igual si te manda a la chingada. Tú ve y háblale.
—¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! Es muy bonita, no tardará en mandarme a la mierda.
Bueno, tenía razón. Pero era mi amigo, no podía ser cruel.
—¿Y qué? A las chicas lindas les gustan los feos.
—Tienes razón, iré... Un momento, ¿soy feo?
Lo empujó.
—Anda, háblale.
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CUANDO TE AMÉ EN OTOÑO
Teen FictionMargaret es demasiado marginada para Regan. Regan es muy creído para Margaret. Regan y Margaret se odian desde primaria, por ende, en tercer grado, ambos no tienen idea de que les tocará compartir salones en su último año de preparatoria. Ambos t...