56

8 0 0
                                    

Regan

Una semana después...

Solté un bostezo al tiempo que estiraba los brazos. Me puse de pie con tal de salir del salón, pero fui interrumpido por el golpe que recibí.

—¡Regan estás pisando mi mochila!

—Ah.

Alcé el pie. Margaret puso los ojos en blanco y salió conmigo fuera del salón.

—Tengo una teoría —empiezo diciéndole—, si te lanzas del tercer piso y mueres. Podríamos pasar con diez todo el semestre.

—Que buena teoría, ¿te gustaría pasar a probarla y ser voluntario?

—Ja, ja, ja.

—Si, mejor cierra la boquita.

Subió una mano a mi cara y apretó mis cachetes como señora de la tercera edad. Margaret me liberó unos segundos después y entró al salón de sus amigos.

Dejándome solo.

—Ya te caché. Por segunda vez.

Me volteé hacía Joseph.

—Te gusta.

—No.

Nunca.

—¿Quién te gusta?

Ambos giramos para cabeza, Vanesa había llegado.

—Ma...

Rápidamente le di un golpe en la boca y le di la espalda. Vanesa frunció el ceño.

—Nadie, nadie.

Rodeé su hombro y caminamos hacía abajo.

—Ah, okay... ¿Qué vas a hacer después?

—Mmm, nada. ¿Por qué? ¿Me vas a invitar a algún lado?

—Quizas, podríamos ir a Galerías a ver una película.

«Despues de clases o nada»

—Por suerte no puedo, haré unos trabajos con una compañera.

—¿La tal Margaret?

—Si, ¿cómo sabes?

Se encogió de hombros.

—Solo lo sé, bueno, ya me voy. Adiós.

Apartó mi mano de su hombro y salió disparada hacía abajo. Por mi lado, me quedé de pie mirando como se alejaba.

Chasquee la lengua y volví arriba.

CUANDO TE AMÉ EN OTOÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora