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Margaret

Tenía muchas cosas en mente.

Pero ser grande he independizarme... lo había pensado un montón de veces. Sin embargo, jamás me puse a pensar en el proceso y todo lo que tengo hacer para poder llegar a donde quiero. Es como si todo este tiempo me hubiese nublado la vista sin dejarme ver más allá del mundo real.

Salgo del salón junto con Ame, ella va hablando con unos amigos que hizo en el salón de bachillerato mientras yo pienso. Pienso en lo que estudiaré, ¿estoy segura de querer estudiar psicología? Mierda, creo debí haber elegido otra cosa. Dios, pienso en la relación que estamos teniendo mi mamá y yo últimamente. En mis hermanas. Mis amigos parecen muy despreocupados. Pienso en Regan.

Sacudo la cabeza ante el recuerdo de sus labios contra los míos, me muerdo el labio inferior mientras camino. Sin embargo, parpadeo al sentir como me empujan. Me quedo mirando la espalda de Regan un momento antes de alcanzarlo y darle un golpe en la cabeza y pasar delante de él.

—Hola, Margarita —me dice al oído.

—¡Hazte para allá! —lo empujo, disimulando que me ha puesto nerviosa. No obstante, lo miro a los ojos y detallo como de poco a poco una sonrisa se forma en su rostro, por dios, que engreído se ve.

—¿Nos vamos juntos?

—¿A donde?

—A la playa.

Lo miro mal.

—Al trabajo, tonta.

Pongo los ojos en blanco. Regan me pasa por un lado y baja antes las escaleras.

—Tonto tú. Y no.

—¿No qué?

Bajo las escaleras rápidamente.

—Que no nos iremos juntos, pedí permiso para faltar hoy.

Me quedo a un metro de él. Cruzo los brazos sobre mi pecho y lo miro. Pero hay algo extraño en su rostro, me mira de forma extraña.

—¿Soy o me parezco?

No me dice nada. Y yo no tengo paciencia.

Paso por un lado y lo empujo, eso parece hacer que reaccione porque me sigue.

—¿Faltar? ¿Por qué? ¿A donde vas a ir?

—¿Qué te importa?

Escucho su quejido, unos segundos después tengo su brazo colgado de mi hombro.

—¿A donde vas a ir?

—Regan —me quejo y lo aparto.

—Hoy estás más irritable de lo normal.

—¡Que observador! Tú siempre eres un palo metido en el cu...

Me callo cuando mi celular empieza a sonar. Es Les, le cuelgo y vuelvo a mirarlo.

—¿Qué tengo en la cara, Regan? ¿O por qué me miras como... extraño?

CUANDO TE AMÉ EN OTOÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora