CUANDO TE AMÉ EN OTOÑO

59

Margaret

Le dí una profunda calada al porro y se lo devolví a Les. Les se lo pasó a Nico y Nico a la lista de Amelia. Lo extraño fue que Ame no protestó, eso era porque ya la habíamos obligado a fumar solo un poco y, eso había sido suficiente para que estuviera acostada en la cama con nosotros.

Mi vida se sentía mucho más... relajada.

Ya no me importaban las miles de tareas que tenía pendientes, o los proyectos. Faltaba un mes para las vacaciones y estaba más que tranquila. Los trabajos siempre los pedían al final del semestre.

Tenía mucho que ganar.

—Que ganas tengo de tener pareja... —murmuró Les.

—¿Qué pasa con el tal Joseph?

—Ese no me gusta.

—¿Quién te gusta entonces?

—Yo.

Todos soltamos una risa chistosita.

—Si tú quieres pareja yo quiero que alguien me mire como Regan a Magge.

No sé porque eso me causó gracia.

—Oh, también quisiera eso... Regan te mira embobado, Magge. En ocasiones, es tan lindo verlos que quisiera grabarlos.

—A veces siento envidia —dijo, Amelia con un tono de gracia que me hizo reír.

No sé qué pasaba, así que me quedé con el porro, mientras hablaban.

—Si todas ustedes quieren algo así, yo quiero una pizza familiar —aseguró Nico.

Soltamos una risa.

—Ah, cómo me gustaría tener poderes y poder hacer toda la comida que quisiera —Amelia soltó una risita.

—¿Podrías hacer vergas para mí?

—Todo lo que quisieras, Nico, todo lo que quisieras.

—Oye, Nico, ¿cómo supiste que eras gay?

—Como tu supiste que eras heterosexual.

Les se quedó callada.

—A veces no se ni quien soy.

—Igual yo —Amelia sonó triste.

—Ya somos tres —concluí.

—Ya somos cuatro.

—El pack completo —reí.

—Se supone que para eso es la adolescencia, para descubrir quien eres, pero los adultos se encargan de hacernos dudar de nosotros mismos y a perdernos por el camino que nosotros forjamos.

—Vaya, eso fue muy profundo, Nico.

—Si... —susurramos todas.

—¡¿Por qué la casa huele a marihuana, Nicolás?!

Nadie se movió.

De hecho, empezamos a reírnos fuertemente.

El hermano de Nicolás es muy guapo, quiero decir. Si, es una cosa increíble. De hecho, incluso, es el tipo de Lesley. Es mayor que nosotros, es de piel blanca como Nico, tiene el cabello lacio perfecto, tatuajes y piercings. Su aura es dominante y se nota que le gusta mantener el control.

Les fue la que se puso de pie y caminó en son de paz al muchacho.

—Relajate, viejo. Somos adolescentes urgidos por el sexo... ¿Prefieres que estemos en un motel cogiendo con extraños o que estemos aquí fumando simple marihuana?