Margaret
La casa de Regan era... linda.
Mucho más grande que la mía, pero al fin de cuentas muy bonita. Todos llegamos sudando por el calor y Regan no fue quien para regalarnos un vaso con agua. Aunque, no me lo esperaba viniendo de él.
Me fijé en las fotografías que había por toda la sala, había fotografías de Regan pequeño y de otra niña muy linda parecida a él. Me puse de pie para ver el estante lleno de fotos y hubo una que llamó mi atención; se trataba de una foto en la guardería. Pasé saliva con fuerza y dejé la fotografía en su lugar.
Poco después de dejarla me encontré con una de la primaria. Formé una mueca con la boca y me observé, me encontraba en la esquina: lo más lejos posible de Regan. Al igual que él.
—¿Eres tú? —me dijo, Ame, apoyando la barbilla sobre mi hombro.
—Si.
—¿En serio?, no sabía que Regan y tú se conocían.
—Si, pero fue hace mucho tiempo.
Me di la vuelta y Regan bajó las escaleras de su casa con ropa cómoda.
—¿Ya empezamos o qué?
Más tarde, todos empezamos a planear todo.
—Yo diría que...
—No, Margaret, no.
Lo miré, muy furiosa.
—Oigan, ¿podrían dejar de pelear esta vez y ya?
Nos miramos.
—No.
—¿Saben qué? Basta —dijo, Amelia—: Roberto y yo haremos este mural y a ustedes les toca hacer el otro. Nada de juegos ni peleas, si no terminamos esto en tres días nos van a reprobar. Y es su problema su mural.
—Y será por culpa de ella —me señaló.
Le di un golpe en las costillas, soltó un jadeo y río por lo bajo.
No le dije nada a Regan ni él me dijo algo. Ambos trabajamos en silencio. Sin embargo, todo valió riata cuando Regan y yo hicimos algo que nos dio risa. Ambos nos miramos sonriendo y, al final, sacudí la cabeza y seguí con mi trabajo. Eso había sido totalmente extraño, ¿por qué le sonreía? ¿Por qué le permitía verme sonreír?
Había descompuesto por completo a Regan porque comenzó a molestarme y decir cosas estúpidas.
—¿No traes más comida? Me está dando hambre.
—Te comiste casi toda mi comida, baboso. Claramente no.
—¿Y no tienes hambre?
—No, bueno sí, pero en mi casa llegaré a comer.
—Oye, ¿qué es eso?
Dejé de escribir para prestarle atención a Regan y lo que había dicho. Miré hacia donde su dedo señalaba y...
—Es un bicho.
—¡ES UNA CUCARACHA, TONTA!
Se me puso detrás y comenzó a guiarme a la estúpida cucaracha.
—Matala, matala y te hago de comer.
—¿Y eso de que me sirve?
—¡Solo matala!
Me abrazó la cintura con un brazo y con el otro me tocaba el codo. En pocas palabras, parecía una maldita marioneta y él era quien me controlaba.
—Suéltame de una vez, Regan —forcejee.
—¡No, hasta que la mates!
Soltó un chillido cuando empezó a moverse.
—¡Voy a morir! ¡Y lo haré contigo!
—¡¡Que me sueltes!!
Me abrazó con más fuerza. Pasé saliva al sentir mi palpitar acelerarse y un escalofrío recorrerme el cuerpo entero.
—¡Es una simple cucaracha! ¡No seas dramático!
—¡Ay, se está moviendo! ¡Ya matala, Margaret!
—¡Relájate!
—¡No me digas que me relaje y solo matala!
Sonreí, el idiota se veía muy asustado.
—¡Anda, anda! —me empujó y por fin me soltó.
Puse los ojos en blanco y aplasté a la cucaracha en el momento exacto en que se movió. Fue entonces cuando me di cuenta que había fallado.
—¡Qué tonta! —se quejó y volvió a empujarme— ¡Hazlo bien!
Me moví de lugar, siguiendo a la cucaracha y Regan volvió a colocarse detrás mío.
—¡Muevele! ¡Se está moviendo!
—¡Ya cállate!
Pisé a la cucaracha y, esta vez, le había dado en el punto. Estaba oficialmente muerta.
Regan soltó un suspiro y se dejó caer en la silla.
—Uf, eso estuvo cerca. Odio a las cucarachas, me caen de la verga.
—Como tú a mí.
—Ja, ja, ja. Que graciosa. —me señala con un dedo—. Retráctate, lo que dijiste me ofendió.
—Eres un cobarde, pareciste niñito.
Sonreí.
Regan puso los ojos en blanco.
—Jodete.
Formé una sonrisa orgullosa de que mi comentario le había afectado.
Si, me gustaba cuando Regan me enseñaba sus puntos débiles sin darse cuenta.
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CUANDO TE AMÉ EN OTOÑO
Teen FictionMargaret es demasiado marginada para Regan. Regan es muy creído para Margaret. Regan y Margaret se odian desde primaria, por ende, en tercer grado, ambos no tienen idea de que les tocará compartir salones en su último año de preparatoria. Ambos t...