71. Plutarch Heavensbee

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CAPÍTULO 71: PLUTARCH HEAVENSBEE

POV PEETA

Plutarch no se sorprende cuando aparecemos en su despacho y le preguntamos si podemos tener una charla privada. De hecho, nos sonríe y nos dice que pasemos a su despacho. Sin soltarnos de las manos, entramos y el ex Vigilante en Jefe corre una de las sillas para que ella se siente. Katniss le agradece y se sienta mientras espera que yo me una a ella para así volver a tomarme la mano en señal de apoyo. Luego de una charla trivial sobre el embarazo de Katniss, mis entrenamientos y nuestros tratamientos médicos, él pregunta:

−Ustedes dirán. ¿Por qué necesitaban verme? ¿Surgió algún problema?

−Sí –respondo.

La esposa de Snow está aquí, por ejemplo. Aunque ese será un tema para discutir con él más adelante. Ahora me interesa confirmar ciertos rumores.

−Los escucho. Saben que pueden contar conmigo.

−Lo sabemos –afirmo.

Aunque aparentemente es el Trece el que no puede contar contigo del todo. Pienso.

−He escuchado algunos rumores en el Trece respecto a un bebé que fue rescatado del Distrito Doce y ha quedado huérfano. Quería que me dijera que sabe al respecto.

−Hay decenas de niños sin padres de tu Distrito, Peeta. Deberías ser más específico. ¿Qué escuchaste? –responde Heavensbee sospechando, pero sin estar seguro realmente a que me refiero.

−Me refiero a uno que podría ser mi familiar más directo, tal vez el único que me quede. Un Mellark, un bebé que debió haber nacido mientras Katniss y yo estábamos en el Capitolio en la época del Vasallaje. Me dijeron que algunas personas andan comentando sobre eso y siento una extrema curiosidad sobre ese rumor en específico.

−Oh, entonces ya te enteraste.

−Sí, lo hice –le aseguro.

−Tardaste en descubrirlo –dice Plutarch–. No fue mi intención ocultártelo, créeme, pero tu doctor me recomendó que no te lo dijera mientras estuvieras en tratamiento porque a duras penas habías logrado lidiar con la muerte de tu familia, como para ilusionarte por esto y luego romperte la esperanza si el resultado no era el que esperabas y sobre todo por algo de lo que no estábamos seguros.

−¿Eso significa que es verdad?

−Es posible... o tal vez no. ¿Quién sabe? Solo fueron rumores de algunas pocas personas del Doce. El niño fue rescatado del hospital, aún estaba en incubadora porque nació un poco antes de lo previsto, un mes y medio antes para ser más preciso. ¿Crees que sea el hijo de tu hermano y tu cuñada?

−Creo que las fechas coinciden, ella tenía poco más de siete meses de embarazo cuando fui cosechado por segunda vez.

−¿Cuál de tus hermanos?

−Alexander Samuel, el mayor. Se había casado no mucho tiempo antes.

Plutarch abre su libreta y escribe:

−Alexander Samuel Mellark –susurra–. ¿Y su esposa?

−Elizabeth Olive Brown.

−Perfecto, no teníamos esa información. Con el bombardeo se debió perder toda la documentación reciente del hospital, tal vez, ni siquiera tuvieron tiempo de cargarla al sistema informático de identidad de personas. ¿Qué quieres hacer, Peeta?

−Quiero hacer un examen de ADN. ¿En el Trece se hacen ese tipo de pruebas?

−No son muy habituales hasta donde sé. Solo se realizan en casos muy específicos para comprobar la paternidad de algún niño. Pero las pruebas de paternidad, son las mismas que las de parentesco, solo cambia el porcentaje del resultado. El porcentaje de compatibilidad entre un tío y sobrino de sangre debería rondan entre un dieciocho y veintinueve por ciento como mucho. Pero si por esas casualidades tienes algún cabello de tu hermano, podríamos comprobar si hay un vínculo de sangre más directo.

VOLVIENDO A TI (Everlark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora