VOLVIENDO A TI (Everlark)

37. Katniss

CAPÍTULO 37: KATNISS

POV PEETA

Finnick me guía por un montón de pasillos, pero yo me siento ajeno a todo eso, mi mente esta fija en la última imagen que tengo de Katniss llorando completamente destrozada por la noticia, sin darme cuenta empiezo a derramar lagrimas.

¿A quién debo echarle la culpa por el estado en que se encuentra Katniss? ¿A mí? ¿A Haymitch? ¿A Plutarch? ¿A Snow?

Para mi desgracia, Finnick y yo vemos a Haymitch en el pasillo, mirando por una ventana. Y descargo mi bronca contra la persona que dijo que ella estaría bien y la cuidaría para que no fuera tras ella, tal vez podría haberse evitado el hecho de que Katniss y nuestro hijo estén cerca de morir.

Me paro rápidamente y me lanzo contra él. Primero lo golpeo y después lo atrapo y lo llevo a la pared para sostenerlo y colocar mi brazo entre sus hombros y su cuello. No sé  de donde saco tantas fuerzas.

-Tú, tú... ¡dijiste que la protegerías! ¿Dónde estabas tú cuando se cortó las venas decidida a matarse? ¡Me lo prometiste! ¡Y yo fui tan estúpido como para creer que estaría a salvo! ¡Por tu culpa ella está muriendo! ¡Por tu culpa puedo llegar a perder también a mi hijo, nuestro hijo! ¿Cómo pude confiar en ti después de que nos mintieras sobre la rebelión dejándonos indefensos y desconfiando de las personas que nos protegían? Si lo hubiéramos sabido, todo sería diferente y tal vez yo hubiera llegado a salvo al Distrito Trece con mi esposa y nuestro hijo. No me hubieran lavado el cerebro para hacerme olvidar el amor que le tenía, no me sentiría tan confundido, y sobre todo Katniss no hubiera intentado suicidarse, ni estaría luchando por su vida en este preciso momento. No hubiera pasado porque nosotros dos y los rebeldes más antiguos hubiéramos actuado como equipo. No hubiera intentado matar o atacar a Finnick y Beetee esa fatídica noche en que todo en mi vida y la de Katniss se volvió un infierno. Así que, Haymitch Abernathy, ¿tienes algo para decir? Si Katniss y mi hijo mueren, espero que sepas además de sus muertes, también serás el responsable de la mía. Me mataré y nadie podrá impedirlo. No lo lamentaré, aceptaré la muerte con gusto. Y después de eso, adiós sinsajos, adiós caras y voces de la rebelión. No me interesa está guerra sin el amor de mi vida y el fruto de nuestro amor. Me iré con ellos, o ellas dos. ¿Y sabes qué? Tendrás que convivir con esa gran cruz sobre tus hombros.

No sé de donde saque valor para decir todo eso. Al parecer lo tenía acumulado y ahora con el casi suicidio de Katniss, exploté. Haymitch se queda inmóvil escuchando cada palabra que sale de mi boca.

-Lo siento, Chico –contesta.

-¿Solo lo sientes? Nada de esto hubiera pasado si hubieras sido sincero con nosotros desde el comienzo. Me aseguraste que la protegerías por encima de mí y ahora está en terapia intensiva porque tú... me impediste ir tras ella. Yo presentí que algo iba a salir mal, y tuve mucho miedo. Ahora ese miedo se volvió una realidad. Esta situación pudo haberse evitado. Katniss –empiezo a llorar nuevamente–. Katniss debería estar a mi lado, sana. Pero no, ella quiere morir. Y eso me está matando a mí también.

No importa que me laven el cerebro, no importa que intenten destruir mi amor por ella, una parte de mí siempre sentirá algo por ella. Snow no pudo acabar con doce años de amor hacia la misma chica. Al menos no por completo.

-Katniss sigue siendo tu punto débil. ¿No, Chico?

No contesto, solo lo observo más colérico que antes.

-En un año, es la primera vez que me echas tantas cosas en cara, Peeta Mellark... al menos con tanta intensidad y pasión. Cualquier cosa que le suceda a Katniss te hace explotar.