33. Pieza de sus juegos II

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CAPITULO 33: UNA PIEZA DE SUS JUEGOS

POV PEETA

-PARTE II-

Ingresamos nuevamente al hospital, y ella me guía hasta una puerta y me pide que entre. Abro la puerta con temor de que sea malo que el médico me diga. Presiento que lo es. Porque lo me ocurre no tiene lógica ni para mí.

-¿Tiene solución? –Escucho la voz de mi mentor. –Katniss lo necesita, si no tiene al chico con ella se quebrará irremediablemente y no podrá seguir adelante. Ustedes vieron lo mucho que sufrió con su ausencia estas semanas. Y él la amó desde pequeño, enterarse de lo que lo que realmente le hicieron, supondrá un gran golpe para Peeta también.

-Lo sabemos, Katniss Everdeen no podrá cumplir su papel como Sinsajo sin su prometido; Y Peeta Mellark no podrá ayudarla y servir a la causa si no se recupera. Es esencial hacer algo ahora mismo.

Escucho la voz del hombre, me resulta tan familiar, no es que la haya escuchado siempre, fueron dos veces como mucho. Es el Vigilante en Jefe del Vasallaje, bailo con Katniss durante la fiesta en el Capitolio. Recuerdo que yo se la entregué con desconfianza y mientras yo bailaba con Effie los vigilé a la distancia, Katniss pareció sentir curiosidad por el hombre en cierto momento y a la vez la vi incomoda, la presencia del hombre no le agradó. También fue el que me dijo que me fuera en la sesión privada del Vasallaje. Temblando entro lo más silencioso posible.

Eso no sonó nada bien.

-¿Que debo saber? –Interrumpo al entrar en el salón. Cuatro pares de ojos quedan fijos en mí. -¿Qué me hicieron? ¿Qué es esencial que hagan ahora?

-¡Peeta! Miren a quien tenemos por aquí. ¿Has estado a los arrumacos con la preciosa? –Pregunta pretendiendo bromear.

-¿Por qué supones eso? –Le pregunto. Aún no le perdono el habernos ocultado información esencial y no creo que lo haga nunca realmente.

-Labios rojos hinchados, cabello alborotado, ropa arrugada y fuera de lugar, una mirada sospechosa y mejillas sonrojadas mientras te nombro cada una de las cosas.

Llevo mi mano a los labios y recuerdo la forma en que nos mordimos los labios durante el beso. Me ruborizo más, si es posible. Mi ropa se encuentra arrugada y el cuello de la camisa ella lo desacomodó. Acomodo mi suéter y mi camisa para que no queden fuera de lugar. ¿Hace frío aquí? ¿O soy yo? Me alegro de tener un suéter grueso encima y no el simple uniforme que todos usan en el Distrito Trece.

-¿Con quién más? Katniss es mi esposa. –Le respondo porque no existe otra posibilidad. –No es lo que estás pensado. –Le respondo molesto por la invasión en nuestros asuntos privados. –Tal vez un poco, pero después ella se fue corriendo. ¿Ustedes saben que le pasó? –Pregunto. –Estaba llorando.

Miro a todos y veo a mi psiquiatra anotar algo en la hoja de una carpeta.

-Le afectó lo que le dijimos. –Contesta Beetee.

-Ven, chico. Siéntate. –Me llama mi mentor. –Tenemos algo importante para decirte. Cuando terminemos de explicarte podrás hacer todas las preguntas que quieras.

Temeroso me acerco y tomo asiento al lado de Haymitch. Cada parte de mi cuerpo tiembla al ver las miradas de todos, me miran con pena, hasta dolor y yo temo lo peor.

-¿Me van a decir lo mismo que a Katniss?

-Sí, Peeta. –Me contesta Plutarch. –Sólo espero que tú no huyas. Es importante que tengamos una larga y ardua charla. Tu decisión es esencial en este asunto.

VOLVIENDO A TI (Everlark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora